Tras su toma de posesión como ministra de Defensa el pasado 4 de noviembre, María Dolores de Cospedal ya se ha encontrado sobre la mesa la patata caliente de la fábrica de armas coruñesa. Su departamento guarda silencio después de que el pasado 2 de noviembre se celebrase la Comisión de Seguimiento de la concesión de la planta, que fue adjudicada a Hércules de Armamento hace dos años. El Ministerio debe decidir qué futuro le espera a esta empresa que adeuda varias mensualidades de salario a los trabajadores, carece de permisos para la fabricación de armas y todavía no ha pagado al Gobierno central el canon anual que está obligado a abonar por usar de las instalaciones.

Fuentes del Ministerio señalaron esta semana que "en los próximos días" informarán de las medidas que tomarán y harán públicas sus conclusiones sobre esta Comisión de Seguimiento, que reúne a cargos de Defensa, empresa y representantes de los trabajadores. En ese encuentro, Hércules puso sobre la mesa la posibilidad de que un nuevo inversor entrase en el capital de la firma para reflotar su proyecto, según informaron desde el comité de empresa.

Defensa debe decidir ahora si concede una nueva oportunidad a la compañía coruñesa -que se constituyó expresamente para participar en el concurso de 2014- o si entiende que los incumplimientos son lo suficientemente graves como para poner fin a la concesión.

Si el Ministerio opta por esta última vía, inmediatamente deberá resolver un segundo dilema: ¿qué hacer con las instalaciones? Defensa podría ofrecer la oportunidad de tomar el relevo al grupo IFFE -que había quedado en segundo puesto en el concurso-, convocar un nuevo concurso público o dejar la factoría parada y sin actividad.

El pliego de condiciones del concurso convocado en 2014 establece que, en caso de anularse la concesión, Defensa no se tendrá que hacer cargo de los trabajadores que ahora están a nómina de la actual concesionaria, por lo que se quedarían en la calle.

En octubre de 2015 la plantilla llegó a los 150 trabajadores, cifra a la que se había comprometido a llegar en la oferta con la que ganó el concurso. Según el comité de empresa, la cifra de trabajadores se ha reducido en el último año a 104, debiéndose a algunos de ellos hasta 14 mensualidades. En 2015, de acuerdo con el Registro Mercantil, Hércules registró un volumen de negocio de 28.000 euros y unas pérdidas de 520.000 euros.