Da la hora a ratos pero ya no permanece congelado en esas siete y veinte eternas en las que se quedó en 2002. Las manecillas del reloj de la Fábrica de Tabacos vuelven a moverse catorce años después y pasados tres lustros desde que la multinacional Altadis decidiese cerrar las puertas de una de las más emblemáticas factorías coruñesas, que dio trabajo a cientos de vecinos de la ciudad desde el siglo XIX. El engranaje regresa a la vida con la rehabilitación del inmueble que realiza la Xunta para convertirlo en sede judicial, cuyo remate está previsto para el próximo trimestre.

La maquinaria está aún en pruebas, según explican desde la relojería Dans de Juan Flórez, los encargados de la restauración de esta excepcional pieza de precisión hecha por la casa Ungerer, según los informes arqueológicos, en 1895. El año de construcción es el mismo en el que se inauguraba el Obelisco y se probaba por primera vez el alumbrado eléctrico en los Cantones y la calle Real. Un adolescente Picasso protagonizaba también su primera exposición, pintaba la Niña de los pies descalzos y finalmente abandonaba la ciudad con su familia con el pesar por la muerte de su hermana en la mochila. Comenzaba a moverse también al tiempo que sonaban los tambores de guerra en Cuba y de A Coruña partían cientos de hombres hacia un triste final.

El reloj de A Palloza quedó instalado unos años después, en 1909, unos meses antes que el del Palacio de María Pita. Dentro de una torre y coronado por una veleta, estaba situado en la sala donde se secaban las farias. Ese mismo año se ponía la primera piedra de la dársena del Parrote y el Deportivo obtenía el título de Real. Cuenta con tres campanas, la mayor ha de marcar las horas mientras que las dos pequeñas, dar el compás a los cuartos.

En 2002, un año después del cierre de la Fábrica de Tabacos, el reloj dejó de girar, quedándose dormido en las siete y veinte. Se desmontó con la ayuda de una grúa en 2014 y ahora, con las obras ya prácticamente terminadas, casi todas las piezas han regresado ya a su sitio. Faltan los últimos retoques y es por eso que a veces los paseantes verán que está en hora y al rato pierde su puntualidad alsaciana.

La esfera de María Pita

Otro de los relojes públicos más antiguos de A Coruña, el de la plaza de María Pita, ha estado estos días sin esfera. Los bomberos la tuvieron que retirar después de una avería. Según informa el Ayuntamiento, llegará a tiempo para las campanadas de fin de año. Prevén que se vuelva a instalar hoy a primera hora de la mañana.