Una conductora se dio cuenta de que no tenía dinero justo al llegar a la cabina de uno de los peajes de la comarca, al ver que no podía pagar la tasa, el cobrador le dijo que no se preocupase, que se lo ponía él. Ella regresó y le devolvió el favor. Nunca pasaría con una de esas máquinas que tragan y vomitan cambio.