El Gobierno local y el grupo municipal del PSOE ultimaron ayer, durante una reunión maratoniana de seis horas y media, un acuerdo para aprobar el presupuesto de este año, en el que estarían incluidas algunas propuestas y proyectos socialistas. El consenso no es absoluto: el principal punto pendiente, según apuntan fuentes del Ejecutivo municipal, son los nombres de "tres o cuatro personas responsables" a seleccionar por el PSOE que tendrían responsabilidad compartida con otro edil del Gobierno de Marea Atlántica en esos proyectos.

Las dos fuerzas políticas han acordado aplazar a esta mañana a las 13.00 horas la elección de esas personas, que, según las mismas fuentes, no concretaron ayer los socialistas en la reunión. Marea exige que esa designación sea "razonable para el actual tiempo político y de consenso entre ambas" formaciones; de lo contrario, recalcan las fuentes municipales, no se podrá cerrar el preacuerdo al que llegaron hoy las partes y el Gobierno local "se verá obligado" a presentar una moción de confianza.

Durante la negociación, Marea ofreció al PSOE un modelo de corresponsabilidad que incluye una comisión de seguimiento del propio acuerdo presupuestario y de otros asuntos de índole política, pero que en ningún caso da entrada a ediles socialistas en el Gobierno municipal. Esa propuesta permite, por delegación del alcalde, que concejales del PSOE u otras personas designadas por el partido puedan impulsar, dinamizar, desarrollar y difundir los proyectos que aportarían a las cuentas; lo que no podrían hacer es formar parte del Gobierno local ni firmar o dar órdenes a los servicios municipales, que seguirían siendo responsabilidad de Marea.

Algunas de esas propuestas socialistas aceptadas por Marea para el presupuesto serían la Ciudad de la Música, el Clúster de la Salud o Distrito Mallos. Entre estas y otras iniciativas propuestas pueden atraer entre 1,5 y 2 millones de euros, apuntan las fuentes, que destacan que esta vez los socialistas presentasen propuestas concretas.

El preacuerdo alcanzado ayer, pendiente de esa designación de nombres de hoy, se produce en un clima de presión marcado por la crisis interna en las filas del PSOE, en el que el presidente provincial, Julio Sacristán, llegó esta semana a instar al grupo municipal a que salvase las diferencias con Marea y desbloquease la aprobación de las cuentas de 2017.

El alcalde, Xulio Ferreiro, también azuzó a los socialistas con el ultimátum de que si del encuentro de ayer no se salía con un apretón de manos, plantearía esta semana la cuestión de confianza vinculada a la aprobación del presupuesto para presentar una moción de censura. Este mensaje se mantiene, ya que la elección de corresponsables de proyectos podría no satisfacer al Ejecutivo.

Marea y el PSOE han invertido 42 días hasta ayer en debatir sobre el presupuesto de 2017. El Gobierno local trasladó el borrador de las cuentas a los grupos de la Corporación a comienzos de diciembre, tres meses después de anunciar que había comenzado a elaborar la propuesta. Tras el primer encuentro entre la concejal de Facenda, Eugenia Vieito, y los socialistas, el pasado 14 de diciembre, el presupuesto pasó una vez por el pleno, el día 28, donde fue tumbado con los votos en contra del PSOE y el PP; el grupo del BNG sí lo apoyó tras pactar cambios con Marea.

El rechazo del PSOE se basó en que el grupo no había participado de forma conjunta en su elaboración, por lo que reclamó a Marea una negociación desde cero. Esa petición se la hizo al Ejecutivo tras aquel primer contacto, pero no en las dos semanas previas, en las que tuvo tiempo de estudiar el borrador y de trasladar su postura, ni en los meses anteriores, un periodo en el que, según los socialistas habían remitido al Gobierno local la necesidad de redefinir su relación.

Tras el pleno, el alcalde admitió que en enero buscaría "una fórmula" que al mismo tiempo diese como resultado alcanzar un pacto con el PSOE por el presupuesto y modificar su relación con el grupo entonces encabezado por José Manuel Dapena. Ferreiro habló de 15 días para retomar las conversaciones y el primer encuentro de esta nueva etapa de diálogo se fijó el miércoles 11. Al día siguiente se originó un terremoto que ha dejado descabezados a los socialistas: primero dimitió Dapena como portavoz, molesto por una reunión de su compañera Mar Barcón con el alcalde a sus espaldas; un día después renunció Barcón como responsable de la agrupación coruñesa.

Cardador, clave

La falta de mando en el PSOE, que aún no tiene nombrada la Gestora Local que tomará las riendas aunque ha escogido a Florencio Cardador como presidente, paralizó dos semanas las negociaciones por el presupuesto. Ferreiro metió prisa a los socialistas alegando que la ciudad no podía seguir con las cuentas sin aprobar mientras el PSOE aclaraba su situación interna. El encuentro de este lunes defraudó al alcalde por la falta de propuestas concretas de sus interlocutores, por lo que incidió en la presión con la alusión a la cuestión de confianza; la cita de ayer fue más concreta y más larga.

Por el Gobierno local acudieron Vieito, el edil de Culturas, José Manuel Sande, y el asesor del alcalde, Iago Martínez. En el PSOE repitió José Manuel García, pero no Fito Ferreiro; comparecieron el exportavoz Dapena y precisamente Cardador, cuya irrupción en plena crisis socialista ha resultado clave en este desbloqueo.