Sin inmutarse ante los vehículos que circulaban alrededor de él, un hombre de mediana edad ataviado con ropa deportiva más propia del verano y con unas vistosas gafas de sol se dedicó ayer por la tarde a recorrer la Avenida do Porto, causando la sorpresa de quienes le veían esforzarse para avanzar, ya que parecía estar disputando una competición de velocidad, quizás contra los coches.