Un joven fue juzgado ayer por intentar robar un jamón de un supermercado, valorado en 400 euros, y agredir a las cajeras. El sospechoso reconoció que accedió con otro joven al establecimiento con la intención de sustraer dos jamones. Su compañero cogió uno y consiguió huir a la carrera, pero él no pudo, por lo que decidió dejar la pieza en un mostrador, coger una botella de agua y ponerse a la cola para pagar en caja.

Las trabajadoras, sin embargo, se percataron de la maniobra y lo rodearon hasta que llegó la policía. El joven la emprendió a golpes con ellas. De hecho, dos empleadas requirieron asistencia médica. El procesado reconoció los hechos ayer durante el juicio, pero solicitó al representante del Ministerio público que le impute una falta de lesiones en lugar de un delito, por el que acusación púbica demanda pena de cárcel. El joven que consiguió apoderarse del jamón fue arrestado por la policía y ayer fue condenado por cometer un delito de hurto, pero no ingresará en prisión.