La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña condenó a un acusado de abusar de su hija biológica y de una amiga de la menor a 11 años y nueve meses de prisión, así como a indemnizar a su familiar con 65.000 euros por los daños psicológicos que le causó. Los magistrados consideran en la sentencia que la cantidad económica es proporcionada "teniendo en cuenta los padecimientos de la afectada a lo largo de varios años, el hecho de que el sujeto activo del delito fuera su padre y la victimización secundaria a la que fue sometida", así como el daño que "necesariamente se produce en el desarrollo personal y sexual de la que por entonces era menor de edad".

El procesado, vecino de Narón, abusó de la amiga de su hija cuando pasaba una semana en su casa. La niña sufrió una caída de moto que le ocasionó una herida en la rodilla y en dos ocasiones, intentó abusar de ella con el pretexto de realizarle las curas en la pierna, para lo que la hacía quedarse en bragas y cerraba la puerta. Además, el imputado fue sentenciado por cometer un delito de tenencia, para uso propio, de pornografía infantil. La Audiencia le impuso seis meses de prisión.

Durante el juicio, el acusado negó los hechos y afirmó que su hija lo había denunciado porque "les daba mala vida" a ella y a su mujer y porque se enfadaba cuando la castigaban o le quitaban el móvil y no la dejaban salir de casa. Varios testigos, sin embargo, confirmaron que era la joven, menor de edad por aquel entonces, la que se hacía cargo de sus hermanos mientras "sus padres dormían la siesta" y que le imponían castigos desmesurados, como dejarla encerrada en ropa interior y con las persianas subidas para que los vecinos pudieran verla.

Tanto la madre como el padre de la víctima confesaron que la llamaban "guarrilla" por cómo se vestía y señalaron le gustaba "exhibirse". De esta forma, intentaron defender su postura, que conllevaba insultos y menosprecios hacia su hija.