La Consellería de Medio Ambiente y la sociedad San Fernando-Vicente, que gestiona el coto de caza situado junto a Novo Mesoiro, acordaron ayer una modificación de los lindes del área, con la que se alejarán los espacios de caza de la zona residencial. El coto, que cuenta con 972 hectáreas de extensión, incrementará en 65,8 el número de hectáreas en las que estará prohibido el uso de armas de fuego con fines cinegéticos, ocupando las zonas vedadas a la caza un total de 163,44 hectáreas (un 17% del total del coto).

La reunión se produjo después de que los vecinos de Novo Mesoiro registrasen el pasado viernes ante la Xunta una queja formal por la presencia de cazadores cerca de las viviendas. Aunque el último incidente se remonta a hace cuatro años, cuando un cazador disparó contra un conejo en las inmediaciones de una cancha deportiva, los vecinos y la asociación animalista Libera reactivaron en las últimas semanas las protestas por la "inquietud" generada entre los vecinos por el ruido de las escopetas.

En la reunión, además de aumentar las zonas de protección del coto, los cazadores también aceptaron renunciar a las dos piezas de caza mayor anuales a las que actualmente tienen derecho -y para las que se usa un tipo de munición más peligrosa-, por lo que centrarán su actividad en la caza menor, como es el caso del conejo.

El incremento de la zona de seguridad del coto no entrará en vigor oficialmente hasta 2018 aunque los cazadores ya la pondrá en práctica en septiembre de este año, cuando comience la nueva temporada. Para ese entonces ya se habrá instalado la nueva señalización.