El interés por las relaciones internacionales llevó al coruñés Jacobo Ríos a estudiar Derecho Internacional y su experiencia en un Erasmus en Francia a residir en ese país. En la actualidad es el único español que ocupa una plaza de profesor titular de Derecho en una universidad francesa, en su caso en Perpiñán, desde donde trata de fomentar la relación con A Coruña.

- ¿Cómo llegó a ser profesor en una universidad francesa?

-Estudié Derecho en A Coruña y siempre me interesaron los temas internacionales, por lo que conseguí una beca Erasmus para estudiar en la Universidad de París XIII. Volví para hacer cuarto de carrera pero echaba mucho de menos Francia a pesar de que básicamente aprendí francés cuando estuve allí.

- ¿No había estudiado el idioma antes de ir allí?

-Solo había tomado unas clases los meses anteriores para defenderme lo mínimo, porque en el colegio solo había estudiado inglés. Pero allí me mezclé mucho con la gente de Francia y no me quedé solo entre españoles. En el último curso de la carrera me fui a Barcelona con una beca Séneca y terminé allí con premio extraordinario y pedí una beca de la Fundación Barrié para hacer un máster en la Universidad de La Sorbona de Derecho Internacional y Organizaciones Internacionales. Al terminar, como quedé entre los mejores estudiantes, me ofrecieron un contrato para hacer una tesis doctoral allí que realicé al mismo tiempo con la Universidade da Coruña. Empecé a dar clases de Derecho poco a poco y me presenté a oposiciones de profesor en Francia y conseguí la plaza, por lo que creo que soy el único español que es profesor de Derecho en Francia, aunque allí te puede tocar en cualquier lugar del país y en mi caso fue en la Universidad de Perpiñán.

- Muy cerca de España.

-A treinta kilómetros. Para mí fue una suerte, porque París me gusta mucho pero me empezaba a cansar porque no tiene mar y estaba muy lejos de España. Llegué a Perpiñán sin haber estado nunca allí y me gustó mucho, por lo que me instalé definitivamente y ahora soy vicedecano de la Facultad de Derecho.

- ¿Por qué se decidió por el Derecho Internacional?

-Algunas personas dicen que no es exactamente Derecho porque hay un poco de todo, como diplomacia y política internacional, que es por lo que me gustaba a mí, ya que es distinto y las otras asignaturas no me motivaban tanto. El máster que hice fue además determinante porque está muy reconocido y tiene muy buenos profesores, ya que uno de ellos es presidente de la Academia de Derecho Internacional de La Haya, donde sucedió a Boutros-Ghali, quien fue secretario general de la ONU.

- ¿Es muy diferente la Universidad francesa de la española?

-En Francia como profesor tienes mucha libertad de horarios, de forma que se pueden concentrar las clases en unos días de la semana, lo que permite hacer la investigación en casa y tampoco hay tanta exigencia para hacer publicaciones. En España veo que los profesores tienen horarios como si fueran de oficina, aunque le veo como ventaja que es más fácil crear espíritu de equipo con los compañeros.

- ¿Allí hay menos concepto de cátedra o departamento?

-Mucho menos, por lo que es mucho más complicado crear el ambiente de grupo, aunque si uno sabe trabajar por su cuenta es muy bueno.

- ¿Hay diferencias en el nivel académico?

-Los españoles son también muy buenos en Derecho Internacional. El codirector de mi tesis fue José Manuel Sobrino, catedrático de la facultad de A Coruña, cuyo nivel no creo que tengan todas las facultades francesas. Francia tiene la ventaja del idioma porque el francés está muy representado y oficialmente sigue siendo el idioma diplomático. En España mis compañeros me hablan de la existencia de un complejo de inferioridad, pero el nivel de la investigación es similar y la productividad a veces es superior en España.

- ¿Qué opina un profesor de Derecho Internacional sobre la situación actual de la Unión Europea?

-Al enseñar Derecho Internacional, cada año uno tiene la sensación de que todos los focos están su asignatura porque siempre hay algo que suscita el debate, lo que es muy interesante. Con la Unión Europea ha habido acontecimientos como el Brexit que tiene aspectos imprevisibles que pueden generar un efecto dominó con otros socios y que genera preocupación cuando se ven en Francia movimientos populistas de extrema derecha. Una de las cosas buenas de España es que yo veo el sentimiento europeo muy anclado con respecto a otros países.

- ¿Está creciendo en Francia el sentimiento antieuropeo?

-Al menos el escepticismo, eso sí que crece. Cuando estaba haciendo el máster fue el referéndum sobre la Constitución Europea y para mí era evidente que Francia iba a votar que sí, pero el resultado fue negativo, lo que me dio a entender que no porque Europa haya beneficiado a tantos países no todo el mundo se siente europeo. Pero cuando doy las clases veo que el tema europeo motiva mucho, por lo que dudo mucho que al final del curso haya escépticos en mi clase.

- ¿Estudiar Derecho Internacional es un antídoto contra el escepticismo europeo?

-Totalmente, en Derecho Internacional no se puede ser antieuropeísta porque uno sabe que este tipo de cooperaciones avanzan poco a poco y hay fallos y estancamientos, pero es porque el Derecho Internacional es muy antiguo y en el que diez o veinte años es como decir uno o dos días en la vida de una persona.

- ¿Se plantearía dar clases en A Coruña?

-He dado clases como profesor Erasmus invitado, pero mi carrera está ahora en Francia, pero a largo plazo quién sabe lo que puede pasar, aunque intento venir aquí lo más posible y fomento la cooperación con A Coruña, ya que cada año envío a tres estudiantes de Perpiñán a estudiar aquí, ya que para mí es muy importante crear lazos entre ambas ciudades.