El pueblo de Bens es una de las zonas más baratas para vivir en la ciudad, según los valores establecidos por la Xunta. Sus habitantes defienden que la zona no es tan "ganga" como podría pensarse, ya que hay días en los que sus coches amanecen llenos de azufre, y que tienen una playa a unos pasos a la que no pueden ir por su cercanía a la refinería y a la planta de Nostián.

"Una casa sin arreglar, que todavía necesite una reforma, nos la tasan los peritos del Concello y la Xunta en 60.000 euros, hay una grande que cuesta 140.000 euros y, con ese dinero, ya te puedes comprar un piso en A Coruña", dice Alba Velo, que vive en Bens con su familia. Por las tardes, no hay mucho movimiento en las calles y cada casa tiene un par de coches aparcados a la puerta. El autobús pasa cada media hora, pero lo necesitan para casi cualquier cosa, ya que en el núcleo no hay tienda ni bar. "Hasta para comprar una aguja tenemos que ir a A Coruña", dice Dolores, sentada a la puerta de su casa, en la que lleva más de 50 años.

Si Velo tiene que decir por qué le gusta vivir en Bens, lo tiene claro, le gusta la naturaleza, el campo que tiene justo enfrente de casa pero, a pesar de que en la zona hay varios niños, no tiene ningún parque infantil. "Si no fuera por la contaminación, no habría otro sitio mejor en A Coruña", explica convencida Velo, que se mudó al barrio cuando aún la burbuja inmobiliaria gozaba de buena salud. Uno de los inconvenientes que se encuentran las familias al querer instalarse en Bens es que es casi imposible que la compra de una casa vieja y una reforma salgan bien a la primera. "Muchas veces, en las escrituras no coinciden los metros cuadrados, hay que pedir permisos, hacer mucho papeleo y gastar bastante dinero en esto, además de en las obras, y los bancos no te dan una hipoteca para comprar una casa que está en ruinas", comenta Velo. Las más antiguas carecen todavía de algo que ahora parece tan básico como el cuarto de baño, pero que años atrás era una modernidad que no todos estaban dispuestos a pagar.

Otra de las zonas más baratas de la ciudad es O Martinete. Los vecinos de los alrededores no tienen muy claro dónde empieza y dónde acaba el barrio. María, a la que todo el mundo llama Marisa, cumplió el jueves 80 años. Nació en A Cabana, cerca de Someso y O Martinete. "Antes éramos solo cuatro casas, teníamos siempre las puertas abiertas, ahora las tenemos que cerrar y, aún así, a veces nos entran a robar", dice con una sonrisa esta vecina.