La avenida de Arteixo lució ayer por unos minutos la cortinilla de terciopelo a la que en los últimos meses tanto uso se ha dado para renombrar el callejero y adaptarlo a la Ley de Memoria Histórica. El motivo: adaptar a la toponimia oficial el nombre de esta vía, pasando de Arteijo a Arteixo. Así lo manda desde 1983 la Ley de Normalización Lingüística de Galicia, que fija que los nombres de lugar de la comunidad son, oficialmente, en gallego.

El acto simbólico contó con la presencia del alcalde, Xulio Ferreiro, y de su homólogo en el municipio vecino, Carlos Calvelo, que durante años ha reivindicado la corrección del nombre de esta calle para adaptarlo a la ley.

Esta es la primera de unas 22 adaptaciones de topónimos deturpados que el Concello cambiará en el nomenclátor "a lo largo de los próximas semanas". Entre las más importantes destacan la avenida Finisterre, que pasará a rotularse como avenida Fisterra, o la plaza de Orense, que pasará a Ourense. "Lo que es normal en todos los ámbitos de nuestro país, también es normal en el callejero de nuestra ciudad", aseguró Ferreiro tras desvelar la nueva placa, que ya era visible desde hace una semana.

Todos estos cambios ya habían sido aprobados en el pleno hace años, a raíz de una moción del BNG, pero ni el Ejecutivo de Javier Losada ni el de Carlos Negreira hicieron efectivas las modificaciones. Alcaldía dio orden, el pasado mes de noviembre, de poner en marcha estos cambios según los recursos existentes, 34 años después de que la Xunta aprobase la toponimia oficial.

El regidor arteixán, del PP, agradeció ayer el gesto del Ayuntamiento a favor de la normalización al gallego y aseguró que, con este cambio, hay "un poco más de acercamiento y cariño" hacia A Coruña. Su lucha para que se respete el topónimo en gallego le llevó a enviar el pasado mes de abril al Ayuntamiento de Madrid una carta solicitando que se adaptase la Plaza de Arteijo, ubicada en el barrio de El Pilar.