- ¿Qué supone esta nueva etapa para usted?

-Para mí es un orgullo pertenecer al Instituto José Cornide porque tengo pasión por la historia de esta ciudad y porque como archivera municipal y cronista me parece un honor extraordinario.

- ¿Qué aportará?

-Espero poder aportar mi trabajo, mi experiencia y sobre todo la posibilidad de acceder por medio de mi trabajo como archivera a toda una información que pueda contribuir a mejorar tanto los fondos documentales custodiados en el instituto como las actividades de divulgación de la historia de la ciudad.

- Su discurso de ingreso sobre la escuela pública de la calle de la Florida, ¿por qué eligió esta temática?

-Cuando organicé documentación relacionada con educación vi que había una parte importantísima que eran las escuelas elementales públicas de la ciudad, que el Ayuntamiento había luchado muchísimo por sacarlas adelante, sobre todo para que fueran gratuitas para la gente que no podía pagarlas. Sobre todo la lucha del Ayuntamiento a partir de 1838 con el alcalde Vicente Alsina. Me parecieron tan importante esos intentos de mantener la escuela pública que había que sacarlo a la luz. Y después la lucha de las maestras que con muy pocos medios y las muchas penurias de la época intentaban dar una enseñanza de calidad con los medios que tenían al alcance.

- ¿Qué mensaje quiso transmitir con eso?

-Quería dar visibilidad a las mujeres que trabajaron y trabajan por la ciudad. Me parecía un deber como mujer y archivera. Después también porque tenemos la desgracia de que la mecánica de la ciudad hace que se pierdan muchas cosas por el camino en materia de inmuebles. Los avances a veces suponen tirar partes de determinados edificios que formaron parte del pasado y que si no fuera por los fondos documentales que hay en los archivos pues no tendríamos noticia de ellos.

- ¿Encontró algún dato curioso cuando investigó sobre la escuela?

-Hay una anécdota que me encanta. Bastante avanzado el siglo, en la década de los 70, una maestra pidió al Ayuntamiento que le suministrase una máquina de coser para enseñar a las niñas pero se lo denegaron y le dijeron que mejor enseñase las materias de ciencias que son más importantes. Eso me pareció muy importante porque el Ayuntamiento todo el rato intentó que no hubiera desigualdad, que los conocimientos se impartiesen por igual a niños y niñas.

- ¿Cómo calificaría el archivo coruñés?

-Tenemos un patrimonio documental riquísimo y nos saca a la luz parte de la historia de la ciudad que al mismo tiempo es la explicación de nuestra identidad. Porqué esta ciudad es como es y no de otra forma. Tiene una gran variedad de documentos, planos, dibujos, carteles, fotografías y demás que te permiten conocer aspectos de la vida de esta ciudad que es una gozada. Merece la pena visitarlo.

- ¿Algún edificio del pasado que le hubiera gustado ver?

-Cada vez que pienso que teníamos una casa gótica en O Parrote y que se demolió después de la guerra me parece terrible. Teníamos una casa gótica preciosa y hubiera sido hoy parte de la enseña de la ciudad. Me da pena solo conocerla a través de las fotografías.

- Y sobre los proyectos que pudieron ser y no fueron, ¿cuál elegiría?

-El casino-balneario que tenía en mente Manuel Casás y que se iba a colocar en los Cantones imitando los que había por toda Europa en aquella época. Hubiera sido espectacular.

- ¿Cree que es importante que los jóvenes se interesen por el mundo de la investigación?

-Sí, porque el conocimiento del pasado nos ayuda a entender el presente. Si llegamos a estudiar lo que ha sido la ciudad en todos los aspectos en otras épocas podremos entender por qué es como es, por qué se diferencia de otras ciudades del entorno o por qué la forma de pensar también cambia. Por ejemplo, A Coruña es muy diferente a Santiago y están cerca. Eso se obtiene si sabemos la trayectoria de la ciudad. No hace falta ser un gran investigador para acceder al archivo sino que todo el mundo tiene derecho no solo a consultar los expedientes de obra sino también a conocer la historia de la ciudad. Fotografías, carteles, lo que sea. Tenemos derecho a disfrutar del patrimonio documental no solo investigando si no también conociéndolo de forma genérica. Es una documentación de los ciudadanos, de todos.