Los tres acusados de robar en seis pisos de la ciudad entre enero y mayo de 2016 e intentarlo en otros tres, de los que tuvieron que huir al ser descubiertos, aceptaron ayer ser condenados a cuatro años y medio de cárcel, de los cuales cumplirán tres. El uno y medio restante se sustituirá por su expulsión del territorio nacional durante diez años. El acuerdo se cerró el lunes, pero se formalizó ayer en presencia de un traductor de georgiano.

Los imputados se declararon culpables, por lo que el juicio no se celebró. Así, reconocieron que se trasladaron a A Coruña en 2016 con la "finalidad exclusiva" de robar en domicilios. Para ello utilizaban el mismo modus operandi, que consistía en vigilar los pisos, marcar sus puertas con trozos de plástico para comprobar si había personas en su interior y, cuando decidían entrar, mientras uno realizaba tareas de vigilancia en el exterior, los otros se apoderaban de los objetos de valor.