Un típico síntoma de la presencia de humo, el picor de garganta, llevó ayer a engaño a varios vecinos, que al mediodía llamaron a los bomberos para alertar de que podía haber un incendio por la zona de sus viviendas. Los efectivos se desplazaron al punto y comprobaron que las molestias de garganta que habían notado los vecinos no habían sido originadas por humo y no había ningún fuego cercano. El causante era un producto insecticida que se había aplicado en una sucursal bancaria situada en el bajo del edificio, de modo que la inhalación del químico provocó picores de garganta. Los bomberos ventilaron el local durante una hora.