Tienen entre 11 y 13 años, y son los últimos ganadores de Quero Cantar, el concurso musical de la Diputación que celebraba hace poco más de un mes su segunda edición en el Teatro Colón. Noa (voz), Yune (bajo) y Mikel (cajón), Os nenos da vella sobre el escenario, se hicieron este octubre con el premio en la categoría infantil, ayudados por su profesor, Javier Pardiñas, con el que se reúnen una vez por semana para explorar las posibilidades que el mundo de la canción todavía tiene que ofrecerles.

Se encuentran en la Asociación Cidade Vella, en la Ciudad Vieja. Allí se conocieron los tres componentes del grupo, vecinos del barrio, que han buscado ponerlo en valor a la hora de nombrar a la formación. "Queríamos reivindicar esta zona, porque todos somos de aquí", explica Pardiñas, que comenzó el proyecto del que Os nenos da vella ha partido para llegar a la victoria. El profesor, que da clases en la Escuela Municipal de Música de Abegondo, empezó hace un par de años a orquestar en el casco histórico sesiones dirigidas a los más pequeños, en las que interpretan "desde clásicos del rock hasta canciones actuales", jugando "sin ningún objetivo concreto". "Un día tocan la batería, otro el piano, otro cantan? Surgió como alternativa a lo estricto de las escuela, para que no se quedaran con el mal sabor de boca y vieran que se lo podían pasar bien", comenta el maestro, que afirma que muchas veces los niños "se sienten obligados" a aprender a tocar un instrumento "que no les atrae".

De este rechazo, y de los corsés de las escuelas de música tradicionales, huyeron Mikel y Yune para sumarse a las sesiones de Pardiñas. En ellas se encontraron con la vocalista Noa, hija del profesor, y se gestaron los primeros pasos del grupo hacia el concurso de la Diputación, para el que Os nenos da vella compuso Quero xogar, una canción acerca de la cara negativa de la tecnología. "Fue cosa de ellos. Buscaron un tema que pudiese atraer, y eligieron la crítica a la relación que los niños tienen con los móviles", cuenta el profesor, rotundo sobre las expectativas que les despertaba la competición. "No esperaba que ganásemos, y ellos menos", asegura.

La victoria, sin embargo, llegó. Ocurrió después de una actuación a la que el grupo acudió "muy ilusionado pero también muy nervioso". "Tocar en directo con el teatro lleno no es fácil, y menos si es tu primer concierto", dice Pardiñas, que cree que el motivo por el que el jurado los escogió se basó más en la letra que en la técnica. "Si fuera un concurso de talentos, habría ganado Quenindiole, porque tocaban muy bien. Pero lo bueno de la música es que no se trata del que mejor toque, sino de lo que llega", comenta.

Cuenta el maestro que el paso por el concurso "ha despertado el ansia de tocar" de los tres jóvenes, que se adelantan a su profesor ante la posibilidad de volver a presentarse. Noa, la voz del grupo, no duda a la hora de apostar por repetir, porque el tema, dice, ha triunfado entre sus compañeros de clase. Tanto ellos como cualquier internauta podrán verla interpretarlo en el videoclip que el grupo grabará como parte del galardón, en un escenario que no podía ser otro que el de la Ciudad Vieja, y que complementa a un premio de 1.500 euros con el que Mikel ya se ha comprado una batería.

"Esto es algo para que empiecen y para que les de motivación, pero si quieres tocar en serio tienes que planteártelo muy a fondo", explica Pardiñas sobre la cuestión de seguir la estela de otras formaciones juveniles como los Furious Monkey House, y lanzarse a escenarios más profesionales. Por el momento, se trata de una opción que el profesor descarta, pero para la que, indica, no le faltan voluntarios. "En la asociación hay 4 o 5 grupos que fueron muy ilusionados a ver el concierto. Y alguno ya me decía: '¡Para el año que viene vamos nosotros!".