Hogares con menos miembros, menos ingresos y más envejecidos, y más vinculados a alquileres que a hipotecas. La última Encuesta Estructural a Hogares de Galicia, que acaba de hacer pública el Instituto Galego de Estatística, refleja la evolución de la vivienda y sus ocupantes en A Coruña en la última década, y sirve de termómetro para medir cómo ha encajado la ciudad la crisis económica. La evolución analizada desde 2007, previo al comienzo de la recesión, hasta 2016, el último ejercicio medido, arroja pequeños cambios de un año a otro que, medidos en década, componen un vuelco a la composición de los 104.959 hogares registrados en la ciudad, cuatrocientos más que un año antes.

Las viviendas con un único miembro se acercan a representar un tercio del total de la ciudad, cuando hace diez años apenas suponían la quinta parte. Los ingresos medios por hogar no tocan el fondo que marcaron los 2.139 euros mensuales de 2013, pero caen casi otros cien euros y se quedan a solo quince. Las viviendas más ricas, con más de 4.000 euros al mes, ya representan menos del 10% del total.

Una de las conclusiones más llamativas la arroja el análisis de las hipotecas y los alquileres. Un vuelco en el mercado inmobiliario de la ciudad. Los alquileres, que llegaron a estar siete puntos por debajo de los préstamos bancarios en 2008 y 2007, han consolidado su lenta recuperación y ya suponen más de la cuarta parte de las viviendas de A Coruña, el 26,67%, frente al 21,32% de las hipotecas.

Vuelco en el acceso a la vivienda. El análisis del Instituto Galego de Estatística arranca en un año 2007, en el que aún existían más alquileres que hipotecas. El boom de las promociones inmobiliarias y la abundante concesión de hipotecas por bancos y cajas de ahorro propiciaron el cambio de modelo en 2008 y lo agudizaron en 2009. Aquel año, según el IGE, se cerró con un 27,59% de hogares atados a una hipoteca y un 20,58% con contrato de arrendamiento. 2010 redujo la brecha, 2013 le dio un vuelco y 2016 arroja la mayor distancia en diez años entre alquileres e hipotecas, más de cinco puntos a favor de los primeros.

La cuota de alquiler se encarece, pero sigue por debajo de la hipoteca pese a su desplome. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria y el desplome del Euribor, en negativo desde febrero de 2016, explican el abaratamiento de las cuotas por préstamos para la adquisición de viviendas. Del máximo de la década, los 553 euros mensuales de media en 2007, se ha pasado a apenas 434 euros, 119 menos, un 21,5% menos. El dato de 2016 se queda cerca del mínimo en los últimos diez años: 427 euros en 2014. El abaratamiento de las hipotecas, con su principal referente de tipos en caída libre, las acerca a los precios de los arrendamientos. Con mayor demanda de alquiler, las cuotas que afrontan los inquilinos se han encarecido, pero aún son cien euros más baratas que las de la hipoteca, en la media mensual de la ciudad. De los 316 euros que se abonaban en 2007 se ha pasado a 349 en 2016, cinco euros menos que el máximo de la década, en 2012.

Más hogares, menos inquilinos. El sostenido repunte de las viviendas con un único residente se consolida. Hace diez años, estos hogares representaban la quinta parte del total en la ciudad (19,53%). Ahora, se acercan a ser un tercio (28,46%). Es el mayor porcentaje en esta década de viviendas con un solo miembro. La edad media de las personas que viven solas es de 57,9 años, similar a la del resto de la década, con picos de 62 años. Aún así, los hogares más habituales en A Coruña son los compuestos por dos miembros, el 33,24%, solo un punto inferior a 2007. Una evolución similar han registrado las viviendas con tres miembros, de representar el 24,9% a ser el 22,74%. Las de cuatro o más integrantes reflejan la mayor caída, más de cinco puntos en una década, y únicamente suponen el 15,5% del total, algo más de la séptima parte.

Menos ingresos: los hogares reducen su poder adquisitivo y disminuyen los más ricos. El ingreso medio de los hogares coruñeses sufrió una nuevo descenso y se acercó a 2011 y 2013, años en que se tocó fondo en la crisis económica con 2.142 y 2,139 euros respectivamente. Los 2.154 de media de 2016 representan casi cien menos que en 2015 y rompen la tendencia alcista de los dos ejercicios anteriores. La pérdida de capacidad adquisitiva respecto a hace diez años, con 2.406 euros en 2008, se agrava porque ha ido acompañada de un incremento de los precios. Las tasas negativas de la inflación entre 2014 y 2016 no compensaron los incrementos de precios precedentes. Esta merma de ingresos se comprende también al analizar los diferentes tramos por hogar. Aquellos que disponen de menos de mil euros al mes representaban en 2007 el 17,48%. En 2016 eran el 21,51%. Una evolución a la inversa han sufrido los hogares con mayores recursos: más de 4.000 euros de ingresos cada mes. De suponer el 14,98% en 2007 han pasado al 9,74%. En términos totales, de 14.210 viviendas han disminuido hasta las 10.227.

Envejecimiento frente a juventud. Los hogares compuestos por personas de 65 o más años descienden en la última encuesta del IGE, pero se mantiene por encima del 20%. En 2007, entraban en esta franja de edad un 18,65% de las viviendas; diez años más tarde, son el 21,65%, el segundo mayor registro después del 23,79% del año pasado. Tampoco las viviendas con menores de 16 años han sufrido alteraciones de gran magnitud estos años, sino que se han mantenido en márgenes similares durante toda la década, en torno al 11,5%. La peculiaridad que añade 2016 a este estudio es que ofrece el menor porcentaje de hogares con un único menor de 16 años (11,52%) y el segundo mayor de dos o más (9,78%).

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