La tirante relación entre el Ayuntamiento y la Xunta, con episodios de falta de entendimiento y roces administrativos respecto a asuntos como la estación intermodal, la ordenación de la fachada marítima o el centro de salud de Santa Lucía, tuvo ayer un nuevo escenario de fricción: la tramitación de proyectos. El alcalde, Xulio Ferreiro, acusó al Gobierno gallego de bloquear o ralentizar de forma intencionada planes municipales que dependen de procedimientos y autorizaciones de la administración autonómica. Representantes del PP reaccionaron negando esas trabas y atribuyéndole al regidor retrasos en la tramitación de los asuntos.

"Hay funcionarios de la Xunta que por detrás te reconocen que la instrucción es que las cosas de A Coruña vayan despacio. Es así, lamentablemente, y es bastante triste", declaró Ferreiro en una emisora de radio. El alcalde diferenció entre "bloqueos de alta intensidad que son muy claros", en grandes infraestructuras, y "pequeñas cosas" como reformas en calles de la Ciudad Vieja, a las que sí aludió -Damas, Nuestra Señora del Rosario, Sinagoga y Cortaduría-, donde el Concello proyecta hacer mejoras.

La conselleira de Medio Ambiente y virtual candidata a la Alcaldía por el PP, Beatriz Mato, replicó a Ferreiro que la Xunta no pone obstáculos a los "proyectos beneficiosos para los ciudadanos, tanto para Galicia como para A Coruña". Mato, que respondió al alcalde preguntada por periodistas tras un encuentro con representantes municipales en Santa Cruz al que acudió en calidad de conselleira, lo acusó de mantener hoy "paralizados muchos proyectos" de la Xunta en la ciudad. La titular de Medio Ambiente pidió al alcalde que "dé cuenta" de su gestión y "no camufle" su "poca o escasa" capacidad en los funcionarios de otras administraciones, añadió.

En una línea parecida respondió también la portavoz municipal del PP, Rosa Gallego, quien además instó al alcalde a denunciar con pruebas las acusaciones al personal de la Xunta: "Tapa su incompetencia con mentiras muy graves. No es la primera vez que acusa a los funcionarios, ya lo hizo Xiao [Varela, concejal de Rexeneración Urbana]. El único que paraliza expedientes es Ferreiro", escribió en Twitter.

La delegación territorial de la Xunta en A Coruña evitó responder a la acusación de Ferreiro y remitió a las declaraciones realizadas ayer en una rueda de prensa por la diputada del Partido Popular en el Congreso Tristana Moraleja, con plaza de funcionaria en la Xunta. Moraleja defendió que ningún empleado público toleraría órdenes para obstaculizar proyectos como las que aseguró el alcalde.

Respecto a la denuncia del PP de una supuesta lentitud en la tramitación de proyectos del Concello, Ferreiro negó "intencionalidad política" en posibles demoras. "El Concello puede ser más rápido o más lento, pero nunca intencionadamente, nunca se le dijo a ningún funcionario que esto, como es de fulanito, de tal administración, comunidad de vecinos o la Xunta, me lo paras. Hay algunos que alzan mucho la voz en público y por detrás dicen: 'Déjame hacer y mira para otro lado".

Ferreiro defendió "el rigor en la tramitación" y la labor de los funcionarios públicos les dedican, pese a una reducción de personal que cifró en un 20% en diez años por las limitaciones del Estado a la contratación de trabajadores públicos. "Aquí se acabó el 'vai facendo' o el 'miráis para otro lado y dejadme a mí hacer' -argumentó-, para que no sucedan casos como San Roque o Fenosa", edificios sobre los que penden sentencias judiciales de derribo por ser ilegales.

A la parálisis que el PP denuncia en la tramitación de permisos urbanísticos, Ferreiro contrapuso que, en la actualidad, se emiten entre un 70 y un 80% más licencias que en el último año completo de los populares en el Gobierno.

Los choques entre el Ayuntamiento y la Xunta por la implantación de proyectos en los que ambas administraciones tienen competencias han sido habituales desde que gobierna Marea Atlántica en la ciudad. Los motivos han sido distintos: cambios en el proyecto, autorizaciones medioambientales o patrimoniales, habilitación de dependencias, consultas sin realizar o indefiniciones en grandes proyectos, como ocurre con la constitución del área metropolitana de A Coruña.