El presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Losada, aseguró el miércoles que Repsol solo esperaba a la conclusión de los últimos trabajos de ingeniería para iniciar las obras de su pantalán en el puerto exterior, lo que permitiría poner en marcha su terminal en esa dársena a finales de este año o principios del siguiente, aunque la fecha programada entre ambas partes era el próximo 14 de abril.

Pero la compañía admitió ayer que también están pendientes varios trámites para una actuación que va asociada al pantalán y que es imprescindible para el funcionamiento de las instalaciones petroleras en punta Langosteira. Aunque el Diario Oficial de Galicia publicó el 22 de diciembre la declaración de impacto ambiental del proyecto del poliducto que enlazará la refinería con el puerto exterior, Repsol explica que aún es necesario que la Consellería de Industria apruebe la declaración de utilidad pública, un trámite que hará posible efectuar las expropiaciones forzosas y urgentes de los terrenos necesarios.

La construcción del poliducto afectará a 168 parcelas, pero no todas serán expropiadas, ya que una parte de ellas solo verán limitados sus usos por razones de seguridad. Una vez que se reciba la declaración de utilidad pública, Repsol podrá solicitar las licencias de obras a los ayuntamientos de A Coruña y Arteixo, por cuyos territorios discurrirá esta conducción, con una longitud de 3,8 kilómetros, de los que 1,3 corresponden a la ciudad. Los once tubos se instalarán en una franja de terreno de diez metros de anchura, con dos más a ambos lados para facilitar la vigilancia y el mantenimiento de la instalación.

El proceso de expropiación incluirá además la notificación a los afectados de las actas de ocupación previa de las fincas y la fijación de las indemnizaciones. Aunque los propietarios no podrán oponerse a la adquisición de sus terrenos, sí podrán recurrir la cantidad fijada por ellos ante el Jurado Provincial de Expropiaciones, que establecerá un justiprecio sin que su intervención suponga retrasos para el proyecto.

Sin plazo de finalización

Una vez superados estos trámites, Repsol podrá dar comienzo a las obras, para las que no pone un plazo por el momento. La construcción del poliducto tendrá una duración estimada de un año, por lo que aunque se iniciara este mismo mes, la terminal de Repsol no podría operar antes de febrero de 2019. Este dato hace concebir que la puesta en marcha de esas instalaciones se demorará más allá de las previsiones establecidas por el presidente de la Autoridad Portuaria, aunque la compañía no descarta reducir los plazos de las obras durante su ejecución.