El Concello dispondrá de un plan municipal de actuación frente a casos de contaminación del mar que determinará cuál debe ser la respuesta ante este tipo de situaciones, así como los riesgos existentes para las personas y los bienes, como exige el decreto de la Xunta que reguló el plan autonómico ante estas emergencias. La elaboración de este documento salió a licitación por un importe de 18.000 euros y un plazo de ejecución de dos meses.

El denominado Plan Local de Contingencias por Contaminación Marina deberá contener las experiencias existentes en la ciudad por casos anteriores de vertidos, así como la legislación existente tanto en la comunidad autónoma como en el Estado sobre esta clase de circunstancias que indica cómo intervenir para evitar daños.

El plan reflejará en qué lugares deberá actuarse y cuáles son las vías de acceso a ellos. También incluirá un análisis de riesgos y de las áreas vulnerables, además de un estudio sobre los peligros existentes desde mar y tierra, así como de la vulnerabilidad ambiental, socioeconómica y de toda la costa.

Otro contenido del documento será la determinación de cuándo se pondrá en marcha un dispositivo de respuesta a la contaminación y la composición de los órganos de dirección del mismo y de los equipos de intervención. También se preverá la coordinación de este plan con otros que puedan activarse en las proximidades y detallará las actuaciones precisas para acabar con la contaminación en el mar y en la costa. El plan realizará un inventario de los medios materiales disponibles en el municipio y un programa para su mantenimiento, además de un sistema de adiestramiento de los equipos de personas que deberán participar en las actuaciones.

La costa del municipio coruñés ha sido escenario en los últimos años de diferentes episodios de contaminación marina a causa de vertidos producidos desde tierra por instalaciones industriales, así como desde buques que operaban en las aguas próximas. Los casos de mayor gravedad fueron los originados por los desastres de los petroleros Urquiola, Aegean Sea y Prestige, que llevaron mareas negras hasta el litoral del municipio.

El último de estos siniestros, ocurrido en 2002, obligó al Ayuntamiento a cerrar la entrada de agua del mar a la piscina exterior, donde no solo se aloja a las focas, sino que se realizaba la captación de agua destinada los tanques interiores en los que se encuentran el resto de las especies que se exhiben.

Ese acontecimiento hizo que se instalara un nuevo sistema de toma de agua que impide la entrada de productos contaminantes, ya que una mínima entrada de los mismos en el circuito tendría consecuencias nefastas para el acuario, que tendría que ser cerrado para su limpieza, lo que implicaría el traslado de todos los animales.