Dice el director del Instituto José Cornide de Estudios Coruñeses, Xosé Antón Fraga, que la idea de colocar el monolito en honor a la científica Ángeles Alvariño cerca de la Casa de las Ciencias tiene el claro objetivo de despertar la curiosidad de los paseantes, que, al verlo, quieran saber quién fue y descubran que tras ese nombre se esconde "la científica más importante de origen gallego e hispano no solo del siglo XX sino también del XXI". Fraga se preguntó en alto, "¿cuándo la ciencia será una prioridad para los gobernantes?", ya que los investigadores no pasan por su mejor momento económico.

Para la hija de Ángeles Alvariño, Ángeles Leira, a sus "75 años", ver un homenaje a su madre en la ciudad en la que hizo prácticas en el Oceanográfico es "una alegría muy grande" y, asegura que, si ella estuviese viva ayer, "hasta lloraría un poco, como buena gallega". Ángeles Alvariño centró su actividad investigadora en el zooplancton. El concejal de Culturas, José Manuel Sande, lamentó ayer, en la inauguración, que los problemas a los que se enfrentó Alvariño, en el siglo XX pervivan en el XXI, como "la fuga de cerebros".