Las promesas sobre la prohibición de circular y estacionar en la Ciudad Vieja se pospusieron una y otra vez desde principios de siglo, por lo que en 2008 este barrio veía sus calles invadidas por numerosos automóviles que acudían a buscar allí aparcamiento a salvo del pago de las tarifas de la ORA. El volumen de vehículos llegó a ser tan elevado que no se respetaban las entradas a comercios y viviendas, por lo que en abril de 2008 eran muchos los lugares en los que aparecían carteles que exigían que no se dejasen coches aparcados.

"Esto es el aparcamiento de todo el centro; incluso toda la gente que trabaja en el Ayuntamiento viene a aparcar por esta zona", se quejaba una vecina de la Ciudad Vieja sobre la presencia masiva de automóviles y las molestias que causaban a los residentes.

La invasión afectaba incluso a monumentos protegidos, como las iglesias de Santiago y Santa María del Campo, flanqueadas a diario por hileras de coches que afeaban su imagen. Hubo que esperar hasta agosto de 2014 para que se impidiera estacionar en la Ciudad Vieja a quienes no viven en ella, aunque siguió tolerándose circular por su interior.

El actual Gobierno local prevé que el próximo verano se prohíba también transitar por estas calles, de forma que tan solo los residentes podrán hacerlo. El aparcamiento también estará prohibido, para lo que los vecinos tendrán precios reducidos en los parkings más próximos.