Completaron sus estudios de Arte Dramático y de Bellas Artes en Galicia; coincidieron sus intereses artísticos y lograron, hace dos años, sendas becas para ampliar sus conocimientos en Nueva York. Laura Villaverde y Roi Fernández no lo dudaron: hicieron las maletas y se plantaron en la Gran Manzana, un lugar repleto de posibilidades para el arte pero, como ya han comprobado, "también muy hostil para vivir".

La pareja ha formado una compañía, ArtesaCía, con la que el próximo viernes estrenan Uvas de collón de ghalo, un montaje de teatro experimental que en marzo presentaron en el Festival Internacional de Puerto Rico y próximamente llevarán a otros dos festivales en Argentina y al Encuentro internacional de Teatristas Iberoamericanos en Colombia.

Laura, de Guillarei ha realizado durante su estancia en Nueva York un curso de entrenamiento actoral con la prestigiosa SITI Company; y Roi, licenciado en Bellas Artes y Audiovisuales, realiza un máster en dirección cinematográfica en la City College of New York gracias a una beca de la Barrié. "Ambos trabajamos activamente sobre una visión universal y a la vez profunda de nuestra cultura e identidad como artistas gallegos. Nuestra intención es provocar, desde nuestra identidad cultural gallega tan rica e intensa, reacciones universales en públicos que no necesariamente compartieran nuestra cultura", explican.

En los entrenamientos con la SITI Company, Laura ha conocido a creadores de todo el mundo: japoneses, coreanos, norteamericanos, europeos... Estos lazos crearon proyectos escénicos en común que se presentaron en salas independientes de prestigio pero también en espacios alternativos en Manhattan y Brooklyn: naves industriales, garajes, el metro... "Todo vale para crear si encuentras la gente y los espacios adecuados, Nueva York es un hervidero de actividad aunque en un principio es difícil situarse", opina la actriz.

"El trabajo con la SITI ahonda en la comunicación física más allá de un idioma concreto. Esto nos animó para poner en escena Uvas de collón de ghalo, una pieza con un montón de referencias culturales y lingüísticas", indican. La obra se cimienta en el universo de su entorno. "Creo en la magia escondida en cada esquina de la cotidianidad más cercana. Utilizamos objetos unidos a una tradición, en este caso la del vino, y también enraizados con mi experiencia familiar: pipotes, xerras y cuncas; cartas de mi abuelo con una novia portuguesa que escribía desde la mili en los años 40, o de otros familiares que escribían desde Buenos Aires. Pero procuramos descontextualizar estos objetos y textos de situaciones preconcebidas", describe Roi.

La compañía volverá a finales de verano a Galicia, donde les espera una nueva etapa de creación, a la vez que comenzarán a impartir cursos y talleres de entrenamiento actoral, en los que esperan contar con algunos de los creadores que han conocido en Nueva York. "Estos dos años han sido muy intensos en cuanto a contactos, experiencias y formación, y es hora de llevar un poquito de lo aprendido de vuelta a Galicia", concluyen.