R Cable no tenía hasta ahora representantes sindicales que negociasen con sus directivos las condiciones laborales de su plantilla, pero en cuanto se produjo el acuerdo de fusión, el personal aceptó la oferta de los sindicatos, rechazada hasta entonces, ante la posibilidad de que la integración suponga una modificación de las condiciones laborales. Todas las empresas que se fusionan negocian con los sindicatos un pacto laboral en el que se establece qué condiciones regirán en el grupo resultante, si las de una firma o la otra.

Para negociar ese pacto y hacer frente a la nueva situación, los 200 trabajadores que R tiene en A Coruña (sede de la firma y que concentra la inmensa mayoría de su personal, además de los 12 que tiene en el área de Vigo) están convocados a elegir a sus representantes. Comisiones Obreras y UGT formaron una candidatura conjunta para optar a los nueve delegados.