La patronal empresarial CEOE dio carpetazo a diez años de medidas agresivas de flexibilidad externa (3,3 millones de despidos entre 2007 y 2012) e interna (devaluación salarial) con una propuesta para aumentar las nóminas hasta un 2%, ampliable en medio punto para el caso de las compañías con mejor salud financiera. Será de aplicación en 2017 y 2018 pero, si prospera, los trabajadores tendrán que esperar al segundo año para ganar poder adquisitivo. Para el ejercicio en curso la previsión de inflación (según Funcas) es del 2,2%, con lo que el alza de los salarios no podrá compensar -salvo casos excepcionales- el encarecimiento de la cesta de la compra y demás servicios. En 2018, para cuando se espera un IPC del 1,1%, sí habrá margen. La oferta de la CEOE, además, supondría elevar los sueldos el doble de lo pactado por convenio en Galicia. En 2016 los acuerdos de empresa y sectoriales en la comunidad incluyen una revalorización del 0,92%; hasta febrero de 2017, del 1%.

Según declaró ayer el presidente de la patronal, Juan Rosell, la intención es "dar estabilidad, confianza y tranquilidad a la economía y la sociedad española en su conjunto y a los que reciben salarios". Pero no siempre sus recomendaciones se trasladan a los convenios. Para 2015, el anterior acuerdo de negociación colectiva -firmado entre la CEOE, Cepyme y los sindicatos UGT y CCOO-, se acordó un alza de los salarios de "hasta el 1,5%", que para el caso de Galicia se tradujo en un incremento de la mitad (0,76%). La fuerte caída de los precios un año antes, cuando el IPC cerró el año en un inaudito -1% y despertó los temores a una deflación, permitió que las 7.158 empresas que renovaron sus convenios sí mejorasen un punto la capacidad de compra de más de 75.000 trabajadores tras haber pactado una revalorización salarial del 0,99%.

La tónica en todo caso sigue siendo la de una merma del poder de compra (también para los pensionistas). Aunque en Galicia el salario pactado en 2016 medró casi un punto, el coste salarial ordinario para las empresas se contrajo un 0,35%, y el gasto en cotizaciones obligatorias cayó otro 0,37%. Los expertos atribuyen esta aparente contradicción a la pérdida de derechos adquiridos por trabajadores con empresas que optaron por medidas de flexibilidad interna (retirada de una extra, revisión de la antigüedad...), la proliferación de la jornada parcial o a que las nuevas incorporaciones entran con salarios más bajos. El sueldo medio anual de un gallego de entre 26 y 35 años es de 13.798 euros; el de otro de 56 a 65 años, de 23.541 euros.

Ante la propuesta de Juan Rosell el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, reconoció que la patronal la ha mejorado "sustancialmente", aunque considera que necesita "una vuelta para una mayor aproximación". El sindicalista emplazó a las partes a "garantizar que los salarios recuperen poder adquisitivo, en un país que tiene una economía que ha dejado atrás la recesión, pero no la crisis".