Las subastas eléctricas que el Ministerio de Energía organiza para asignar los megavatios que la gran industria interrumpe de su consumo cuando el sistema eléctrico lo requiere endurecen cada vez más las condiciones para empresas que más consumen; como la aluminera Alcoa, que hoy se juega la viabilidad de sus tres plantas en España -A Coruña, Avilés y San Cibrao- para lo que resta de año. La puja del llamado servicio de interrumpibilidad reparte esta semana las primas para los próximos siete meses. Llega con cambios desfavorables para las firmas que, como Alcoa, necesitan mayores cantidades de energía para hacer funcionar sus fábricas. Los lotes grandes reducen su tamaño (de 90 a 40 megavatios, MW) y rebajan un 26% su precio de salida: de los 270.000 euros anuales por megavatio que marcaron en la subasta anterior bajan a 200.000. La puja es a la baja.

Precisamente la intención del Gobierno es favorecer una mayor competencia entre las empresas participantes, como le pedía insistentemente la Comisión Nacional de los Valores y la Competencia (CNMV) y para contentar a Bruselas. El riesgo para Alcoa es que esos nuevos competidores se queden con parte de los megavatios que necesita para garantizar la competitividad en sus fábricas coruñesa, asturiana -ambas de similar tamaño- y lucense -la principal-. En este escenario son las plantillas de A Coruña y Avilés las que están más en vilo cada puja, ya que si la multinacional logra menos MW de los que necesita para las tres, son las dos factorías más pequeñas las que peligran. Fue lo que sucedió cuando se inició el sistema de pujas, en 2014, y el mal resultado para la multinacional la llevó a anunciar el cierre de las dos plantas -que se salvaron in extremis gracias a una puja extraordinaria-.

La subasta para organizar el servicio de interrumpibilidad del 1 de junio al 31 de diciembre entre la gran industria española comienza hoy y terminará como muy tarde el viernes. El Gobierno pone en liza dos tipos de bloques: los de 5 MW y los de 40 MW. En la puja de diciembre -que asignó la interrumpibilidad para los primeros cinco meses de este año- la potencia de los paquetes grandes ascendía a 90 MW. Al reducirse, ahora Alcoa -cuyas fábricas están entre las de mayor consumo eléctrico de España- tendrá más competidores, ya que hay más factorías con capacidad para interrumpir el consumo de tantos megavatios de golpe.

120 MEGAVATIOS PARA A GRELA

La fábrica de A Grela tiene una potencia interrumpible de 120 MW. Para cuadrar las cuentas, sería necesario que Alcoa se hiciese con los megavatios suficientes como para asignar al centro de A Coruña tres bloques de 40 MW. Si lograse menos, cada vez que Red Eléctrica de España (REE) ordenase un corte de luz -porque la generación eléctrica tiene dificultades en ese momento para cubrir la demanda o bien por razones económicas, para abaratar el precio del recibo a los consumidores generales-, la fábrica suspendería su actividad solo parcialmente, lo cual sería más ineficiente y le reportaría menos incentivos.

En la subasta que arranca hoy en Madrid se repartirán entre 312 y 376 bloques de 5 MW (con un rango de potencia de entre 1.560 y 1.880 MW) y entre 18 y 26 bloques de 40 MW (con potencia de 720 a 1.040 MW). La puja es descendente y el precio de salida, 150.000 euros anuales por megavatio en el caso de los bloques pequeños y 200.000 para los grandes. De esta forma, en caso de adjudicarse el máximo de potencia establecida al precio de salida el Gobierno repartiría más de 285 millones de euros en incentivos (164 millones de euros distribuidos en paquetes de 5 MW y 121 millones en los de 40 MW). Prestar durante siete meses -lo que queda de año- el servicio de interrumpibilidad adjudicándose tres lotes grandes -los 120 MW que necesita la fábrica de A Coruña para cubrir toda su potencia- supondría para la empresa un incentivo de 14 millones de euros si se consigue el precio de salida -lo cual es poco probable teniendo en cuenta el sistema de competencia-. El precio inicial de la misma energía interrumpible con las condiciones de la subasta anterior habría sido de 18,9 millones de euros. Casi cinco millones de euros de diferencia. En todo caso, el importe final que el Ministerio de Energía abonará a cada empresa dependerá del resultado de la puja descendente.