El Parlamento escocés estudia desde ayer el proyecto de ley del matrimonio homosexual, introducido por el Gobierno autónomo y que permitirá las bodas civiles y en algunos casos religiosas entre parejas del mismo sexo.

El texto legislativo, similar al que se tramita en el Parlamento de Westminster en Londres, exime de celebrar los casamientos a los credos que se opongan a ellos, como la Iglesia protestante de Escocia o la católica. Sin embargo, las religiones favorables a las bodas gais, como los cuáqueros, podrán llevarlas a cabo.

La llamada ley del matrimonio y las uniones civiles será examinada por una comisión parlamentaria.