La Junta de Castilla y León aprobó ayer un decreto ley por el que prohíbe la muerte de reses de lidia en presencia de público en los espectáculos taurinos populares y tradicionales como es el caso del Toro de la Vega de Tordesillas, en Valladolid. El consejero de la Presidencia de la Junta, José Antonio de Santiago-Juárez, señaló que tras el último festejo del Toro de la Vega decidieron abrir un plazo de reflexión, y entre la salida de prohibir o proteger esta tradición, que data del año 1534, han optado por lo segundo, para adaptarlo "a la cultura y sensibilidad del siglo XXI".

Se trata de un decreto-ley por el que se prohíbe la muerte de las reses de lidia en presencia de público en espectáculos taurinos populares como encierros, vaquillas, capeas o concursos de cortes, y también tradicionales que acrediten una antigüedad de al menos doscientos años. Aunque en Castilla y León hay trece espectáculos taurinos tradicionales sólo en el Toro de la Vega la res muere en presencia del público, recordó el consejero de la Presidencia, quien sostuvo que esta norma "nada tiene que ver" con la Fiesta Nacional de los toros, que es "sensibilidad, nobleza, arte y emoción".

El Ayuntamiento de Tordesillas anunció que recurrirá el decreto, alegando que contraviene el espíritu de la Ley para la Regulación de la Tauromaquia como Patrimonio Cultural. La Junta advierte que la legislación está para cumplirse.