Redoble por el matrimonio entre mujeres

Las bodas de lesbianas en Galicia se duplicaron desde 2019 y superaron a los enlaces entre hombres tres años consecutivos

Una familia formada por dos mujeres

Una familia formada por dos mujeres / LOC

e. ocampo

La viguesa Elizabet Pérez Costas, Eli, y Robe Mattia, de origen italiano, se casaron por amor cuando la primera estaba embarazada de cinco meses. Además de su compromiso, el enlace era la vía para poder filiar ambas a su hija, que ahora tiene dos años. Después de algún farragoso trámite en el consulado —por un certificado de capacitación—, la unión legal llegó en el juzgado de Nigrán y con la bandera arco iris también como testigo.

El número de matrimonios entre mujeres se duplicó en Galicia en los últimos tres años de los que se dispone registro (pasaron de 60 en 2019 a 125 en 2022, según datos del Instituto Nacional de Estadística) y ya superan las bodas entre hombres (que ascienden a 115). No solo eso, sino que siguen la línea ascendente de los últimos tres años consecutivos: se oficiaron en Galicia más bodas de lesbianas que de gays hombres. La ley por la que esperaban estas gallegas para poder acceder ambas de pleno derecho a ser madres de su hija tardó un año más en promulgarse y vio la luz en 2023, bautizada como “Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI”. También la exigencia del matrimonio para acceder a tratamientos de reproducción asistida motivó muchos de los enlaces.

“Si nuestra niña llegase a nacer sin estar casadas, debíamos de pasar legalmente a la niña por adopción a la madre no gestante; lo cual es un trámite que se dilata mucho en el tiempo”, explican. “Ese derecho adquirido a posteriori, que es casi un estatus de ciudadanía, nosotras no lo tuvimos de pequeñas pero sí ha sido socializado por las chicas de hoy en día”, comentan. Ahí estaría también la razón, para ellas —integrantes de la Asociación Nós Mesmas— de que el número de casamientos no haya descendido.

Los porqués detrás de este cambio son una suma entre la mayor identidad social del colectivo y los requisitos para alcanzar una legalidad formal. Las expertas consultadas identifican entre esos factores un aumento de la visibilidad de las lesbianas y bisexuales y el hecho de que ellas arrancaron más tímidamente con las bodas y luego despuntaron. “Llama la atención el hecho de las opciones menos convencionales, donde suelen hallarse las parejas del mismo sexo, opten por legalizar su situación. Así que hay que interpretarlo como un deseo de institucionalizar una situación para dotarla de igualdad”, estima el sociólogo de la UVigo, José Durán.

“Por una parte, la mayor visibilidad lesbiana, que se ha ido conquistando en los últimos años y que hace que la exposición pública que supone casarse, de cara a las familias respectivas, los trabajos, etc. se perciba como menos costosa”, apunta asimismo la profesora de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, Gracia Trujillo. ¡Enhorabuena a todas las mujeres valientes que defienden su vida y su amor!, decía hace ya la friolera de seis años una de las primeras agencias de eventos gallega, líder en organización de bodas y oficiantes de ceremonias civiles —conocidas como wedding planner— en relación a las pioneras que daban el paso al sí quiero con todas las de la ley. Desde entonces, su particular libro de familia se ha ido engrosando con instantáneas de muchas ceremonias de lesbianas. También hay quien identifica el factor generacional como clave. “Personas que hoy tienen 30 años, tenían 11 cuando se aprobó el matrimonio igualitario. Prácticamente han crecido con ello”, explican.

El número de gays y lesbianas que abandonaron la soltería en la comunidad gallega aumentó progresivamente durante los dos primeros años de la ley que permitió el matrimonio homosexual en 2005 para luego estabilizarse en el tercero. Pero, ¿qué ocurrió con las mujeres? Mientras las bodas entre hombres constituyeron el 70% del total en España esos primeros años, hubo que aguardar a 2018 para que las de mujeres alcanzaron el 51%.

Pero si echamos la mirada atrás, podemos observar que la evolución en Galicia fue lenta: un total de 189 parejas de homosexuales y lesbianas decidían contraer matrimonio durante los tres primeros años de vida de la ley que permite las bodas entre personas del mismo sexo. Ahora, que el 30 de junio se cumplirán 19 años de la aprobación de la ley del matrimonio homosexual, esa cifra ya se supera con solo los matrimonios anuales que se ofician entre parejas del mismo sexo. En lo que respecta a la evolución histórica, desde 2018 en Galicia la evolución del número de lesbianas que acceden al matrimonio ha ido progresivamente, desde las 63 bodas anuales, a las 99 en 2021 y 125 en 2022.

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