Los actuales discos duros son cilindros metálicos sobre los que se graba y lee la información a través de una aguja. Cuando lo ves funcionar, lo primero en lo que piensas es en una suerte de tocadiscos metálico que en lugar de reproducir música reproduce datos.

Sin embargo, los nuevos discos SSD son una especie de conjunto de tarjetas de memoria colocadas en serie, conectadas unas con otras. Imaginemos una tarjeta de nuestra cámara de fotos o de nuestro 'smartphone' conectada a otra, y a otra... Al no haber disco que gire ni aguja que lo lea la información transfiere a una velocidad mucho mayor, y sin peligro de rotura.

¿Y qué supone esto para nuestros ordenadores? Sencillo. Es como comparar una vieja cuádriga romana con un moderno Fórmula 1. Uno podía tener los mejores caballo, hispanos o galos, enganchados a la más veloz de las cuádrigas conducida por el mismísimo Ben-Hur. Pero nada tendría que hacer frente a cualquiera de los coches actuales. Algo similar ocurre con los discos duros. Un disco normal -la cuadriga- puede ser más o menos rápido, pero nunca llegará a serlo tanto como el más lento de los discos SSD -el Fórmula 1-.

Mientras que la velocidad de un disco duro normal se mide en milisegundos, la de uno en estado sólido se tiene que medir en nanosegundos. Lo dicho, una cuadriga de caballos y un Fórmula 1. Y al igual que en la F1, dentro de las altas velocidades de estos modernos SSD uno se encuentra con discos rápidos y con auténticos cohetes. No es lo mismo un Ferrari que un HRT.

La unión de ese alto rendimiento y su reducido tamaño hace de los SSD los discos ideales para la nueva generación de ordenadores ultraportátiles que empiezan a salir al mercado, siendo Intel quien más está apostando por estos nuevos ultrabooks.

Fabricantes como Western Digital han visto el potencial de este nuevo sector y ya están fabricando discos duros tradicionales -mucho más económicos que los SSD- de tan solo 7 mm. de grosor, pensados para los ultrabooks.

1- De izquierda a derecha discos duros de 3,5 pulgadas; de 2,5; de 2,5 SSD y uno de los nuevos WD de 7 mm. de grosor.

2- La diferencia de tamaño es más evidente en el grosor. Pero los discos de 2,5 pulgadas apenas difieren entre ellos.

3- Los Scorpio Blue de WD son más delgados que los tradicionales para portátiles, lo que los hace ideales para un ultrabook.

4- El nuevo Kingston HyperX incluye todo lo necesario para hacer el cambio, desde el adaptador hasta el destornillador.