Pocas calles pueden presumir de ser tan céntricas como ésta y, sin embargo, es una de las más desconocidas de la ciudad. Son pocos los coruñeses que saben que la avenida de la Marina no comienza en Puerta Real, sino en la esquina de la calle Luchana donde se encuentra la parte posterior del Teatro Rosalía de Castro. Al haberse denominado como galerías de la Marina a todo el conjunto de edificios que se extienden entre Puerta Real y las Casas de Paredes, la mayoría de los ciudadanos piensan que el tramo que en realidad es la avenida de Montoto es el inicio de la primera vía. La confusión viene de lejos, puesto que ya en 1937 el Ayuntamiento intentó remediar la situación al ordenar la supresión del nombre de Montoto mediante la prolongación de la Marina, aunque el acuerdo no se materializó. La figura de María Pita eclipsó al resto de los personajes que participaron en la defensa de la ciudad frente a los ingleses en 1589. Cuando se construyó la plaza de María Pita y su entorno se decidió honrar a los principales héroes de aquella gesta, como el marqués de Cerralbo, el capitán Troncoso y Lorenzo Montoto, otro de los militares que comandaban las compañías de soldados establecidas en la ciudad. El Ayuntamiento había previsto dedicar calles a todos los capitanes, como Julián de Luna, Diego de Bazán, Jerónimo de Monroy, Juan Sánchez Cotrofe y Francisco de Meyráns, pero este acuerdo nunca se llevó a cabo. El ordenamiento urbanístico de esta zona convirtió a la avenida de Montoto en una de los lugares de mayor atractivo de la ciudad, ya que en ella se concentran varios de los más bellos edificios de galerías de A Coruña. La Casa Batanero, con 25 metros de fachada acristalada, y la Casa Rey, una de las joyas del modernismo coruñés, son dos de los mejores exponentes de la arquitectura con galerías. Junto a ellas se sitúa el edificio conocido como Diente de Oro, el único sin la característica fachada acristalada entre los que componen esta calle. J. M. Gutiérrez