Los ríos de sangre que voy dejando a mi paso no se deben a violencia alguna, sino a que me muerdo la lengua.
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No me pidas que te acompañe: soy el primero que ha desertado de mí mismo.
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Cuando hayan terminado las exhibiciones pasaremos a mejor vida.
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Las sordinarieces, por lo menos, no son tan molestas al oído.
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Nada surte más efecto que un defecto.
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Querías hacer algo distinto y te acordaste de mí.
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Nos dijo que nada en la vida le satisfacía y que, por ese motivo, tenía como objetivo comprarse un objetivo. Algunos sospecharon que era un embuste y que, en realidad, se trataba de un fotógrafo más.
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La Humanidad se divide entre los que hacen una pausa para la publicidad y los que hacen la publicidad para una pausa.
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-¿Qué estás pensando?
- Que no pensamos las cosas que decimos.
