La música que más escucho -y ya lo hago con cierto provecho y agrado- es la del “no” por respuesta.
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Lo contamos todo porque no tenemos nada que contar.
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Una sociedad pierde la salud cuando sus miembros no se disfrazan de diablo, pero éste, en cambio, no necesita disfrazarse.
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Las cosas surgen cuando no urgen.
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Quien promete el orden trae tanta desgracia como quien se ampara en el desorden.
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No reconozco autoridad moral alguna en quien se queja de que me quejo.
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Despistado es quien es capaz de olvidar a la persona que más quiere. Los demás son caraduras.
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Uno de los grandes errores de la sociedad es que cree haber hallado la forma de medir la belleza.
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Pienso en ti para olvidarme de mí. Es la cuota de egoísmo que puedo permitirme.
