Medio ambiente

Peor salud y facturas más caras: así afecta la crisis climática a tu vida

Aunque en ocasiones parezca que el calentamiento global solo afecta a animales exóticos o ecosistemas lejanos, lo cierto es que supone una amenaza para toda la humanidad

Puesto de frutas en el mercado de la Boqueria de Barcelona.

Puesto de frutas en el mercado de la Boqueria de Barcelona. / Manu Mitru

Valentina Raffio

Durante muchos años, las noticias sobre el avance de la crisis climática se han ilustrado con imágenes de osos polares afectados por el deshielo o tortugas heridas por restos de basura que flotan en el océano. Y es quizá por eso que mucha gente, incluso a día de hoy, sigue pensando que esta crisis solo afecta a animales exóticos o ecosistemas lejanos. Pero no hay nada más lejos de la realidad. La crisis climática supone una amenaza para toda la humanidad y tiene un efecto directo en nuestra vida diaria: desde nuestra salud hasta nuestra cesta de la compra y las facturas que llegan a nuestros hogares.

Estos son algunos ejemplos de cómo la crisis climática afecta a tu día a día.

El tiempo, cada vez más extremo

La típica conversación de ascensor sobre lo mal que está el tiempo se ha vuelto cada vez más frecuente debido al avance de la crisis climática. Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología, en España ya se ha observado, por un lado, un aumento de las temperaturas durante todas las estaciones del año y, por el otro, un auge de los fenómenos meteorológicos extremos. Esto implica que, por ejemplo, estamos teniendo veranos con temperaturas cada vez más altas y más olas de calor (lo que, a su vez, provoca un amplio abanico de problemas de salud así como un aumento de las muertes por calor). También estamos sufriendo más temporales extremos que derivan en inundaciones, así como otros desastres naturales (y esto, a su vez, ya está generando grandes daños humanos, materiales y económicos). 

Cesta de la compra más cara

Tras unos años marcados por el calor extremo, las sequías y la irrupción súbita de lluvias torrenciales, son varias las cosechas que han salido resentidas. Y esto, a su vez, ha provocado un aumento del precio de algunos productos fundamentales en la cesta de la compra. Ya ha pasado, por ejemplo, con el aceite de oliva, con varios tipos de cereales e incluso con diferentes frutas y hortalizas. Según un informe de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), entre los productos que más se podrían encarecer en España por culpa de la sequía destacan el arroz, el tomate, la zanahoria, el brócoli, la sandía, el melón, el melocotón, las cerezas y la miel.

Suben las facturas

La crisis climática también está haciendo subir el precio de las facturas que llegan a nuestros hogares. En Cataluña, por ejemplo, la sequía extrema ha obligado a poner en marcha un sofisticado circuito para obtener agua a partir de desalinizadoras y plantas de regeneración. Esto, a su vez, ha acabado provocando un aumento de la tarifa de este bien esencial. De media, se estima que la factura subirá cerca de un euro por persona y mes en gran parte de los hogares catalanes. Lo mismo ha ocurrido en ciudades como Sevilla o Málaga, donde la factura del agua ha aumentado entre un 30 y un 40% debido a la falta de lluvias, la escasez de reservas y al aumento de los costes para 'producir de forma artificial' este recurso y suministrarlo a los rincones de todo el territorio. 

El peligro de la contaminación

Las mismas emisiones que perjudican a la salud del planeta también están afectando al bienestar de las personas. El ejemplo más claro es el de la contaminación de las ciudades. Según apuntan innumerables estudios, la polución puede provocar enfermedades respiratorias y cardiacas, así como aumentar el riesgo de sufrir un amplio abanico de patologías crónicas y varios tipos de cáncer. "Respirar aire contaminado es una de las mayores amenazas para la salud humana. Este fenómeno provoca cerca de siete millones de muertes anuales en todo el mundo. Así que reduciendo la polución podemos salvar vidas", explicaba Maria Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, en una entrevista con este diario.