Al profesor Jordi Ojeda le gustan los cómics, tanto que es capaz de recordar durante años algunos de los elementos que forman las viñetas de las historietas que le llamaban la atención cuando era pequeño. En las paredes del Aquarium Finisterrae cuelgan desde el pasado lunes y hasta final de mes algunas de esas viñetas recordadas; algunas de las que incluyen en sus historias faros que guían a navegantes y que iluminan las costas, como algunas historias iluminan las vidas de sus lectores. Faros de papel, la luz de los cómics es un trabajo conjunto que Ojeda realizó junto al profesor Francesc Solé y es, a la vez, el particular grano de arena que aporta el Salón del Cómic para que la Torre de Hércules se convierta en patrimonio de la humanidad

-¿Cómo nace la idea de realizar una exposición con viñetas de cómic que incluyan faros en sus historias?

-Fue una idea que le propuse al Puerto de Santander con motivo de la creación de un centro de arte en el faro del cabo mayor de Santander; ellos tenían una sala de exposiciones temporal y les propuse hacer una muestra con motivos fareros. Este proyecto hacía un símil entre lo que es la luz de un faro que sirve de guía a los navegantes y la influencia que puede tener en un joven o en un adolescente la lectura de un cómic.

-¿Y cómo estructuró esta exposición?

-Lo primero que hice fue buscar cómics en los que yo ya sabía que existían motivos fareros, como por ejemplo, El faro, de Paco Roca, que era muy fácil; otro del francés Floc´h, que se llama Tres destellos blancos, y que cuenta la historia de un ingeniero que tiene que construir un faro en el sur de Francia. Durante cuatro años, el tebeo cuenta los problemas que este ingeniero tiene en la construcción del faro y, después, también hay viñetas del cómic Trazo de tiza, de Miguelanxo Prado, en el que el faro es omnipresente y está en el trasfondo de las historias que van aconteciendo. Hay una selección de cómics en los que parte de la historia transcurre en un faro y hay también imágenes de faros en otro tipo de bandas diseñadas, en las que, en alguna viñeta, aparece una de estas construcciones a lo lejos.

-¿Cómo cuáles?

-Pues desde Astérix, a Tintín y otros más conocidos y próximos como Mortadelo y Filemón.

-¿Hay viñetas especialmente raras o difíciles de encontrar?

-Hay una historia con la que nos hace muchísima ilusión contar, que es la adaptación que hizo la editorial Bruguera en los años 70 de El faro del fin del mundo, de Julio Verne, y yo la recordaba de pequeño, pero no la tenía en mi casa y, al final, gracias a un coleccionista amigo la conseguimos. Es una belleza tener una adaptación literaria de esta índole. La portada del cómic, en aquella época, la hizo Antonio Bernal, conocido por las portadas de El capitán trueno. La de este trabajo es muy bonita, con un faro de fondo y con un gran impacto gráfico.

-¿La Torre de Hércules aparece en alguna viñeta?

-Escogimos una viñeta de una narración ilustrada que editó el Puerto de A Coruña en el que cuenta la historia de la dársena y que hace mención también a la Torre de Hércules.

-¿Hay más faros conocidos que hayan sido retratados en los cómics?

-Hay varios faros reales y muchos otros inventados en la exposición pero podría destacar el faro de la ciudad de Málaga, que es curioso porque todo el mundo le llama la farola y nunca nadie me ha sabido explicar por qué. Es una cosa de siempre.

-¿Conocía ya Viñetas desde o Atlántico?

-Nunca había participado antes, pero sí que conocía el festival. Es un modelo de salón muy interesante para la ciudad porque es como una inmersión de las viñetas en todo el centro histórico. Hay varias ubicaciones, una feria y la oportunidad de tener a los dibujantes muy cerca para poder hablar con ellos. Es una experiencia muy interesante y el hecho de que se celebre a mediados del mes de agosto es muy adecuado porque permite que mucha gente se acerque expresamente a ver el Salón del Cómic y a visitar la ciudad.