Residentes y viandantes que pasaban por la calle Oliva no olvidarán con facilidad lo que presenciaron el pasado domingo sobre las dos de la madrugada: una macro pelea entre dos pandillas, con unos cuarenta jóvenes de

por medio, que acabó con dos policías locales y un vecino heridos al tratar de impedir la reyerta y detener a los dos jóvenes que se encararon con los agentes del 092. Los agresores han quedado en libertad con cargos.

Podría ser el guión original de una película policiaca del Bronx de Nueva York, pero los testimonios de quienes presenciaron los hechos son reales y el incidente ocurrió en pleno centro de A Coruña. Durante la pelea, las dos bandas -una integrada en su mayoría por jóvenes de origen sudamericano; y la otra, por personas de raza negra-, se utilizaron gases lacrimógenos. Cuando la patrulla del 092 que se encontraba más próxima al lugar llegó, gran parte de los implicados huyó. Quedaron alrededor de quince.

Pero lejos de apaciguarse los ánimos con la presencia policial, un joven, de 21 años y de origen ecuatoriano, corrió hacia la calle Florida en busca de un miembro de la otra pandilla. Uno de los policías trató de detenerlo, pero el joven se dio la vuelta y le propinó un puñetazo en un ojo. El agente quedó conmocionado, lo que aprovechó el agresor para seguir golpeándolo. Un segundo joven, menor de edad, también participó en la agresión, mientras el primero golpeaba con un cinturón al policía a la altura de la nuca -el agente, de baja médica, recibió tres puntos de sutura-. Al ver la escena, el segundo policía -que recibió varios rasguños- sacó la porra para hacerse paso entre el resto de pandilleros que querían impedirle que auxiliase a su compañero.

Los dos agentes pudieron reducir al menor. Con la ayuda de un vecino con conocimientos de artes marciales que presenciaba la escena -y que también resultó herido-, el 092 logró detener al mayor de edad, de origen ecuatoriano y que, según fuentes consultadas, pertenece a una banda latina que ya estuvo implicada en otros altercados en la ciudad. De hecho, varios de los que participaron en la pelea de la calle Oliva también estuvieron en otra reyerta que ocurrió el día antes en la calle Juan Canalejo, una de las zonas habituales de la movida nocturna coruñesa.

Tanto los detenidos como los policías tuvieron que ser trasladados a la Casa del Mar para curarles las heridas. Los dos jóvenes fueron trasladados después al cuartel de Lonzas para prestar declaración. El más joven de los arrestados, de nacionalidad brasileña, fue entregado el mismo día de la pelea a sus padres y pasará a disposición de la Fiscalía de Menores; mientras que el segundo de los detenidos fue puesto ayer en libertad, sin tener que pagar una fianza, después de declarar en el juzgado de guardia. Está acusado de un delito de lesiones y otro de atentado contra la autoridad.