Evaristo Sánchez García empieza a asumir, en la medida de lo posible, la trágica muerte de su mujer, Isabel Herrera Rodríguez. Su tono de voz es tranquilo, y sólo se altera para lamentar que el Ayuntamiento no se haya puesto en contacto con él para explicarle lo sucedido y darle el pésame. "Somos personas y, ante todo, un poco de personalidad. Ha sido una muerte absurda, que no se tenía que haber producido", lamenta.

-¿Por lo que ha comentado la novia de su hijo, usted y un amigo también estuvieron a punto de apoyarse en la barandilla?

-Sí, estuvimos a punto de caer, nos pudo pasar lo mismo que a ella.

-¿Pararon por algo en especial junto a la valla?

-Paramos por una tontería. Habíamos aparcado las autocaravanas cincuenta metros más arriba e íbamos a cruzar al otro lado del paseo marítimo [hacia el margen más próximo a la costa] para ver el mar. Yo les dije que no pasasen porque bajaban los coches a toda velocidad y les pedí que fuésemos a un paso de cebra que había un poco más adelante. Fuimos hacia el paso de peatones y nos cruzamos con un chico que iba merodeando junto a los coches. Mi amigo desconfió de él y me pidió que esperásemos a que pasase las autocaravanas. Al decir esto fue cuando decidimos apoyarnos en la barandilla. Mi mujer se apoyó de la barandilla y, cuando íbamos a apoyarnos nosotros, cedió. No me fijé en que se había caído hasta que la esposa de mi compañero chilló su nombre.

-¿Iban con una pareja de amigos?

-Sí, efectivamente, y con una niña pequeña que, la pobre, también lo vio todo.

-Usted sólo ha hablado una vez con responsables del Ayuntamiento de A Coruña.

-Realmente no se han puesto en contacto con nosotros. Digo realmente porque la policía me dio un número de teléfono del Ayuntamiento para que llamara si necesitaba alguna cosa. Cuando pasó el accidente, llamé a mi hijo y a mi nuera y, como calculé que llegarían sobre las dos y media o tres de la mañana [del pasado domingo], les tuve que buscar un sitio para descansar, porque la idea era volver para casa el domingo. Llamé [al Concello] y me buscaron un hotel, el hotel Riazor. Me dieron las señas por teléfono pero nadie fue a buscarme al hospital. Luego le hicieron la autopsia el domingo por la mañana y estuvimos declarando en la Policía Nacional y de ahí nos tuvimos que ir con la autocaravana de nuevo al hospital donde estaba mi mujer. Nadie me llamó. Cuando el domingo por la mañana supe que le habían realizado la autopsia y que nos podíamos ir hacia Béjar, volvimos al hotel para pagar las habitaciones, pero allí me dijeron que no, que lo pagaba el Ayuntamiento, que la orden que tenía era de no cobrarme. Y hasta ahora.

-¿Entonces la llamada al Ayuntamiento la hizo usted?

-Sí, la hice yo.

-Su hijo y su nuera fueron al día siguiente, el domingo, al lugar del accidente. ¿Usted tuvo tiempo de comprobar si la valla tenía algún desperfecto?

-Sí. Por desgracia perdimos un hijo hace diez años. La experiencia fue muy mala, pero esta vez tuve la sangre fría para decirle a mi amigo que sacara fotografías a toda la valla. Sacamos bastantes fotografías y vimos que no había tornillos y que otros estaban picados. Eso estaba sin revisar desde hace bastante tiempo, desde hace años, porque estaban tapados de suciedad y no había señal de que los hubieran revisado.

-El concejal de Infraestructuras, Esteban Lareo, afirmó el martes que sí se inspecciona el estado de las barandillas.

-Eso no me vale de excusa. Me gustaría tener el teléfono de Esteban Lareo, tener una charla personal con él y que tenga la valentía de decirme a mí en la cara que fue por mala suerte, que revisan las vallas las 24 horas del día y los 365 días del año. Esa valla estaba sin revisar desde que la pusieron. Yo soy mecánico, tengo el servicio de Ford en Béjar (Salamanca), y sé que ese tornillo dura años aunque le pegue la salitre.

-Según Lareo, no tenía constancia de que existiesen quejas por el mal estado de la valla.

-Eso es mentira. Tengo declaraciones y correos electrónicos de los vecinos que aseguran que en febrero se había caído una valla y que la tuvieron que acordonar, que no la habían mirado, y que había dos o tres quejas de los vecinos porque el Ayuntamiento no había revisado la valla.

-¿Le duele más que no se hayan puesto en contacto con usted o la falta de mantenimiento de esta zona del paseo?

-Si quiere que le diga la verdad, me duelen las dos cosas. Es asombroso que el Partido Popular me haya mandado hoy [por ayer] un telegrama dándome las condolencias y que el Ayuntamiento de A Coruña ni siquiera me haya llamado por teléfono y se haya personado para darme el pésame y lamentar la muerte de mi mujer. Eso sí que me duele mucho. Somos personas y, ante todo, un poco de personalidad e inquietud. Ha sido una muerte absurda, que no se tenía que haber producido: la valla está puesta para que no se caiga nadie, y si no, que no tenga puesta ninguna y así la gente no se acerca y no se cae. Seguro que así habría menos desgracias.

-¿Va a presentar una denuncia por la vía judicial o primero su intención es acudir a la vía administrativa?

-Hemos puesto todo en manos de nuestro abogado. Voy a ir con todas las consecuencias. Tomaré todas las medidas que pueda para que paguen el daño que me han hecho. Como mínimo, si puedo conseguir que el señor Esteban Lareo tenga que dimitir e irse de ahí lo voy a intentar por todos los medios. Este señor no tiene que hacer esas declaraciones, ni siquiera me ha llamado para darme el pésame. Es un sinvergüenza. No sé si algún día podré decirle lo que pienso a la cara, pero si puedo, se lo diré.

-El Juzgado de Instrucción número 2 de A Coruña ya ha abierto una investigación.

-Espero que nos dé la razón por la muerte tan absurda que ha tenido mi mujer. Han destrozado mi vida y la vida de mi hijo.