El fiscal solicita que Francisco José Pastoriza y Mássimo Capobianco, los dos hombres que atracaron una sucursal de Caixanova e intentaron asaltar otra de Banesto, sean condenados a cinco y a ocho años de prisión, respectivamente. Los ladrones dieron el primer golpe a primera hora de la mañana del 23 de diciembre de 2008 en una caja situada en la ronda de Outeiro número 316. Capobianco permaneció oculto en el cajero automático hasta que llegó la directora de la entidad financiera, a la que abordó exigiéndole que entrase con él en la oficina y que le abriese la caja fuerte. El atracador la amenazó diciéndole que tenía una pistola, pero que no la quería utilizar porque sólo quería "el dinero".

El otro acusado, que vigilaba en la calle, advirtió por teléfono a su compañero de que iba a acceder al local uno de los trabajadores. Pastoriza entró tras el empleado y una vez que estaba en el interior, los asaltantes lo ataron por los pies y los brazos. A la directora de la sucursal de Caixanova sólo la inmovilizaron por los pies para que abriese la caja de seguridad. En cuanto se hicieron con el dinero -33.300 euros- huyeron y dejaron encerradas a sus víctimas en el habitáculo donde está situada la caja fuerte.

Los procesados intentaron utilizar el mismo modus operandi el pasado 11 de mayo en la sucursal de Banesto ubicada en la calle Alcalde Pérez Ardá número 26, en el barrio de Monelos. Los acusados esperaron escondidos en las inmediaciones del edificio al director de la entidad, al que atacaron por la espalda cuando caminaba en dirección a la oficina.

Los atracadores amenazaron al responsable del banco para que les abriese la caja fuerte, pero el hombre les dijo que no tenía la llave porque la guardaba otro empleado. Los ladrones decidieron esperar con la víctima en la calle hasta que llegase el trabajador, pero fueron sorprendidos por una patrulla de la Policía Nacional. Los agentes detuvieron a los procesados tras perseguirlos la zona de Monelos.

Durante la persecución Capobianco forcejeó con uno de los policías y lo empujó contra un autobús urbano que circulaba por la vía. El funcionario se golpeó contra el vehículo y sufrió erosiones y contusiones de las que tardó en curar diez días. El representante de la Fiscalía acusa a los dos atracadores, uno de ellos defendido por el letrado Jesús Lamelas, de un delito de robo con intimidación y de otro de robo en grado de tentativa. A Capobianco, además, le imputa una falta de lesiones y un delito de atentado.

Futbolista

Capobianco comenzó a atracar bancos después de que una lesión le obligase a dejar las categorías inferiores del Inter de Milán. El italiano era una joven promesa del fútbol en los años 90 hasta que abandonó el deporte y formó una banda de asaltantes con la que dio varios golpes en Galicia. En 2004 fue condenado a seis años de prisión por robar en entidades financieras, por lo que el fiscal tuvo en cuenta la agravante de reincidencia al solicitar que le impongan ocho años de cárcel.