La mayoría de la humanidad, por lo menos la inmersa en una estructura social de origen judeocristiano, percibe el apocalipsis como algo negativo, más que nada porque este era el nombre del último libro de la Biblia, en el que San Juan relata, de una manera algo críptica, un fin del mundo plagado de fuego y destrucción.

Sin embargo, la artista gráfica argentina Lola García Garrido no lo ve del mismo modo, y ha titulado a su nueva exposición de fotomontajes Fotos da Apocalipse. La instalación se inaugurará mañana a las 20.00 horas en la casa museo Salvador de Madariaga, y el acto contará con la presencia de la concejal de Cultura, María Xosé Bravo, y de Xoel López, que volverá a los escenarios coruñeses en solitario tras un paréntesis de su exilio voluntario en Buenos Aires.

La exposición, que consiste en 28 piezas de formato medio, se podrá visitar hasta el 1 de agosto y muestra el lado más surrealista de la autora, con una amplia trayectoria tanto en diseño como en prensa: "Mi intención es relacionar el apocalipsis con la descontextualización. Las situaciones extremas rompen la cotidianidad, y eso lo relaciono con el surrealismo". "Acontecimientos como los terremotos de Chile y Haití o la crisis mundial nos saca de lo habitual, y eso provoca unas reacciones muy intensas —explica la artista— para salir de las lógicas rutinarias y poder hacer estas reflexiones, el surrealismo es una buena herramienta".

Y de surrealismo y situaciones extremas saben mucho en Argentina, como recuerda García Garrido para apoyar su visión amable del apocalipsis como momento de recapitulación: "En mi país, en 2001 vivimos un momento apocalíptico. Recuerdo ver ardiendo las palmeras de enfrente de la Casa Rosada, y enormes manifestaciones. Parecía que iba a ser el fin del mundo, pero no fue el fin de nada". Los montajes que forman parte de la exposición —que beben de influencias tan variadas como la obra de la artista alemana Grete Stern y de las canciones de David Bowie— no son apocalípticas en el sentido de reflejar destrucción, sino que la artista las define como "inquietantes" y "positivas".

La fotógrafa añade, además del surrealismo, la influencia del cómic y la ciencia ficción en sus piezas, disciplinas que en Argentina tienen un referente obligado: El eternauta, obra del guionista Héctor Germán Oesterheld, y cuyo fuerte contenido político condujo a su autor a ser asesinado por la dictadura de Videla. "Ese podría ser un referente de todo con lo que yo estoy de acuerdo en el arte, —confirma García Garrido—. El eternauta muestra la dictadura desde una supuesta ciencia ficción, y expresa contenidos políticos y realistas de una forma poética".

Porque los fotomontajes que forman parte de Fotos do Apocalipse no buscan epatar al espectador de un modo estético, sino que esconden un significado detrás de su aparente bizarrismo: "No son obras simplemente estéticas. Escribí un texto para cada una de ellas que sirve de guía al espectador. Le doy la misma importancia a lo artístico y a la idea que hay detrás".