"La verdad es que el mal olor del alcantarillado aún no lo han solucionado, pero se agradece tener agua limpia y neveras en las que guardar la mercancía", explica Puri Bermúdez en su puesto de pescadería. El peor de los problemas que hay en la plaza es, para ella, "el de todo el mundo: la crisis". Señala que "la gente es cómoda y de paso que va al supermercado ya compra allí todo, independientemente de su calidad".