129 años han pasado ya desde el 19 de diciembre de 1881, día en el que el maestro Pascual Veiga —autor de la música del Himno gallego— inauguró la coral polifónica El Eco. Más de un siglo después, la institución sigue viva y bien, celebrando un cumpleaños tras otro y manteniendo una intensa actividad musical. El próximo lunes, El Eco hará una parada en el teatro Rosalía de Castro para darse un merecido autohomenaje por su cumpleaños.

Pero esta gala será importante por dos motivos; además de celebrar el aniversario de la asociación, los beneficios que genere la actuación serán donados a la Cocina Económica. "Queremos honrar y colaborar la intensa acción social que lleva a cabo esta organización desde hace tantos años", explica el presidente de El Eco desde hace ocho años, Ramón Mella.

"El concierto se dividirá en dos partes —comenta Mella—. La primera la ofrecerá la coral polifónica de Mugardos, y la segunda, nosotros. El conjunto invitado interpretará varias piezas gallegas, como Negra Sombra, y nosotros haremos un repertorio variado en el que destacaría una habanera preciosa que se llama Torre de Hércules. Al final, ambas corales haremos Crux Fidelis y el Himno gallego".

Las matemáticas no engañan, y en 2011 El Eco cumplirá nada menos que 130 años, lo que merece una celebración especial que ya prepara su directiva: "Va a ser espectacular. Dependerá de las subvenciones, aunque será espectacular. Estamos preparando una cantata y tenemos pendiente la ópera de todos los años. Pero habrá algún acto muy importante entre noviembre y diciembre".

El amor por la música y la entrega de toda la familia de la agrupación es la única explicación que el presidente de El Eco encuentra ante su asombrosa longevidad: "Nuestro secreto es el entusiasmo de las juntas directivas y los coralistas. Esto es como una religión; la gente entra y se queda".

En su más de siglo y cuarto de existencia, El Eco ha tenido tiempo de lograr una larga ristra de reconocimientos como las medallas de oro y plata de a Coruña. Para Ramón Mella, a la coral tan sólo le queda un reto por cumplir, aunque de momento sea irrealizable: cantar para los gallegos de la diáspora. "Lo único que nos falta sería salir al extranjero, a Cuba o Argentina. Pero la cosa está muy mal".

La ilusión del presidente puede que se cumpla en el futuro, pues la agrupación cuenta con una escuela de música con la que, como afirma Mella con orgullo, intentarán cumplir, por lo menos, otros 130 años de vida.