El Gobierno municipal está "a la espera de que los jueces pongan día y hora para el derribo de las últimas chabolas de Penamoa". Así respondió ayer la responsable de la Concejalía de Servicios Sociales, Silvia Longueira, preguntada sobre la situación actual del asentamiento chabolista, o lo que queda de él, de Penamoa. "Hay 20 familias esperando la orden de derribo del juez", matizó.

Servicios Sociales no puede "ir con la pala" para echar abajo las infraviviendas pendientes de ser erradicadas ni tampoco "aventurarse" con el tiempo que falta para que el derribo sea efectivo. "Todo lo que podía hacer la Administración local lo ha hecho y así lo ha argumentado en las denuncias presentadas, cuyas sentencias siempre han sido favorables al Ayuntamiento", sostuvo Longueira recordando que el departamento que representa se vio obligado a recurrir a la vía judicial "porque los ciudadanos que quedan en Penamoa no quisieron adherirse al programa de integración" y convencida de que, dichos autos a favor, "demuestran la profesionalidad del Ejecutivo municipal en esta materia". De hecho, subrayó, que el departamento de Servicios Sociales coruñés es "de los más competentes de España".

"Les permitimos engancharse al programa de erradicación del chabolismo y decidieron no hacerlo. Agotado ese tiempo, en el que fuimos justos y eficaces, se abrió el proceso judicial y sus posibles recursos", explicó la edil.

A falta de esas 20 chabolas pendientes de la sentencia de derribo -son 20 familias, por lo que los representantes municipales calculan que se trata de otras tantas chabolas, "más los típicos alpendres para la maquinaria que levantan de forma anexa a la vivienda", concretó Longueira-, en Penamoa ya sólo existe, supuestamente, "un núcleo duro que está instalado en el territorio de los depósitos", indicó la concejala. De todos modos, añadió, "ya ha crecido la hierba por algunos de los lugares donde antes había chabolas".