Agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil han rescatado esta semana a tres personas que sufrieron incidentes en aguas de la ría mientras practicaban deportes náuticos. El ocupante de un barco de vela y dos windsurfistas fueron las personas que precisaron la intervención de los agentes del Instituto Armado, todos ellos debido a sus dificultades para regresar a puerto sin ayuda.

El primero de los rescates fue el del hombre que se encontraba en el catamarán y ocurrió minutos antes de las cinco de la tarde del pasado martes. Una de las patrulleras del Servicio Marítimo de la Guardia Civil avistó la embarcación, que navegaba a la deriva después de que se le hubiera roto el mástil.

Mientras preparaban todo lo necesario para remolcar la embarcación a puerto, los agentes advirtieron la presencia en la zona de los dos windsurfistas, que les dijeron que les resultaba imposible regresar por sus propios medios, debido a que la vela se les caía repetidamente al mar a causa de la ausencia de viento y de que estaban agotados por el esfuerzo realizado.

La Guardia Civil explica que ambos windsurfistas subieron "de inmediato" al patrullero, en el que fueron trasladados. Los agentes explican que ninguno de estos dos deportistas sufrió lesiones o problemas de salud.

Más complicado fue el rescate del catamarán, no porque existiera peligro para su ocupante, sino por el hecho de que los guardias civiles del Servicio Marítimo tuvieron que recurrir para su remolque al patrullero de altura del Instituto Armado, que se encontraba en el puerto de Oza. Esta ayuda fue necesaria debido a que la embarcación que recorría las aguas de la ría carece de la potencia suficiente para arrastrar a puerto un barco de las características del velero al que se le había roto el mástil.

Los agentes de la Guardia Civil que participaron en estos rescates explicaron que, aunque estos rescates náuticos en aguas de la ría de O Burgo no suponían en sí mismos complicación alguna, se dificultaron debido a que ambos tuvieron que completarse de forma simultánea. Los guardias civiles aseguran que los que precisaron su ayuda estuvieron en todo momento fuera de peligro y que, al margen de los síntomas de agotamiento que presentaban los dos windsurfistas en el momento en que fueron rescatados, no sufrieron problemas de salud.