El Gobierno municipal defiende que era la empresa la responsable del arreglo de las deficiencias que surgieron tras las obras del corredor verde de Orillamar: "Había una serie de desperfectos y los tenían que subsanar". La constructora, Antalsis, exige al Concello un total de 177.500 euros por la última fase de la obra, el aval y la reparación de los fallos. Mientras que el Ayuntamiento coruñés sostiene que el temprano deterioro debe ser asumido por la firma, la empresa replica que los problemas se debieron al proyecto de obra y no a la ejecución.

Según fuentes de la propia firma adjudicataria, Antalsis, la empresa demanda 5.500 euros por la última fase de la obra, 92.000 por los avales que adelantó como garantía para ejecutar los trabajos y 80.000 euros por el coste de las reformas que ordenó el Concello después de detectar deficiencias tras abrirse el corredor verde. "Cuando levantamos el suelo comprobamos que era un problema del proyecto, no de ejecución de las obras", defienden las mismas fuentes, que añaden que la empresa que asumió el control de calidad de la obra avala su postura.

El Gobierno local afirma que su intención es "defender el interés de todos los coruñeses" en el proceso judicial que ha iniciado la constructora ante la actuación municipal. Respecto a los defectos, insisten en que son responsabilidad de la empresa. Sobre las otras cantidades, el Ejecutivo indica que las últimas reparaciones aún se concluyeron en el pasado mes de diciembre y que no se han rematado los procesos administrativos para finiquitar la relación con la adjudicataria.

Las obras en Orillamar para convertirlo en uno de los dos primeros corredores verdes de la ciudad -un ensayo de los viales diseñados por Busquets en el plan general para varios lugares de A Coruña- fueron adjudicadas por 2,13 millones a Antalsis por el anterior Gobierno municipal. El transformado vial se inauguró poco antes de las elecciones municipales de 2011. Tras el cambio de Gobierno en el Palacio de María Pita, sus nuevos responsables populares lo señalaron como una "chapuza" y ordenaron una serie de correccciones. Una de ellas, la del adoquinado, estético pero levantado y hundido por zonas, que se sustituyó por asfalto.