Los trabajadores de la fábrica de armas alertan de que la factoría podría no cerrar en julio como dice General Dynamics sino en mayo, un día después de la fecha en la que la multinacional americana comunicará a los empleados que hayan solicitado su salida voluntaria que ha aceptado su requerimiento.

El presidente del comité de empresa, Roberto Teixido, explica que, si todos los trabajadores se adhieren a este programa de extinción porque ofrece mejores condiciones, la factoría tendrá que cerrar porque no habrá empleados para finalizar los encargos que tiene comprometidos la firma.

General Dynamics cree, sin embargo, que no llegará a esta situación, ya que prevé que habrá trabajadores produciendo hasta el último día, en el mes de julio, y a los que habrá que echar de manera forzosa por no haber aceptado las condiciones ofrecidas. Esto se sabrá el 12 de abril, que es cuando finaliza el plazo para sumarse a esta fórmula de baja voluntaria.

"Si no hay trabajadores la fábrica no puede abrir, tiene que cerrar", explica Teixido, que se queja de que las condiciones del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) presentadas por la empresa no contienen ningún apartado en el que se haga mención a unas condiciones especiales para A Coruña, por lo que duda de que General Dynamics mantenga esa oferta de seguir produciendo en las instalaciones de Palavea hasta el último día, en julio, cuando se ejecuten todos los despidos forzosos.

Unos 800 vecinos salieron ayer a la calle a reclamar mediación política en el conflicto y para denunciar que 170 familias perderán un sueldo, el procedente de General Dynamics, a pesar de que consideran que la factoría tiene trabajo y puede seguir produciendo si se reconvierte y acepta más encargos que los de la fabricación de armas.

La empresa les ofrece a los trabajadores que se vayan voluntariamente una indemnización de 30 días por año trabajado con un tope de 24 meses. Para los que no se acojan a esta solución y fuercen a General Dynamics a que les despida hay otras condiciones un poco peores: 25 días por año trabajado con un máximo de catorce meses.

La plantilla no se conforma con estas propuestas y pide al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que interceda por los trabajadores coruñeses para que la marcha de General Dynamics no se tenga que hacer en un periodo tan corto. Teixido recordó ayer que en Murcia las negociaciones tuvieron un plazo de un año y que en Palencia la entrada de una multinacional noruega se hizo con un margen superior a los doce meses.

"Pedimos el mismo trato que reciben otras factorías", reclamaba ayer Roberto Teixido, que creía que, si otros presidentes habían conseguido esos plazos, también Feijóo podría llegar a ellos y es que, a pesar de que Santa Bárbara está gestionada por General Dynamics, el propietario de las instalaciones es el Estado, a través del Ministerio de Defensa.

Los trabajadores iniciaron ayer un cierre indefinido en la fábrica de armas, quieren evidenciar que siguen en la lucha y que no se rendirán hasta que las condiciones de su marcha mejoren o hasta que consigan que se apruebe la diversificación de la actividad.

El portavoz municipal, Julio Flores, que recibió a los manifestantes ante la Delegación del Gobierno, apuntó ayer a que el Concello está trabajando para hacer que los empleados puedan seguir en Santa Bárbara aunque fabricando otro tipo de piezas. Algunos de los concejales de la oposición participaron en la marcha.

Mercedes Vargas está casada con uno de los operarios de la fábrica de armas y no fue la de ayer su primera protesta para intentar salvar la factoría. "Llevamos toda la vida luchando por esta fábrica. Cuando mis hijos eran pequeños, los traía desde el colegio a las manifestaciones. Ganamos muchas batallas, ahora nos toca la guerra", dice.