Tras ejercer por separado de consultores sobre la protección de datos, los abogados Francisco Javier García y Enrique Soria se han asociado en la empresa coruñesa Tech Law para ofrecer asesoramiento jurídico a sus clientes bajo el amparo de la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD).

-¿A qué se dedica una firma de protección de datos?

-F. J. G.: Ofrece al cliente un enfoque jurídico sobre el uso de la información. Primero debe conocer lo que hace un profesional o empresa. Le pregunta qué hace, qué no hace, qué debería hacer, en qué falla. Es como un trabajo de detectives.

-E. S.: Nuestra labor se basa en que el cliente no tenga ninguna sanción y darle representación jurídica ante la Agencia de Protección de Datos, que regula las sanciones.

-¿Qué datos piden a clientes?

-E. S.: Aquella información que identifica o hace identificable a una persona: una foto, pero también la matrícula del coche, el historial médico, los empleados de la empresa.

-F. J. G.: Se recogen diferentes datos según la actividad de cada profesional. Están obligados a cumplir con la normativa desde un profesional autónomo a un club deportivo o una asociación de vecinos.

-¿Podrían no revelar datos?

-E. S.: Lo que se oculta va en perjuicio del cliente.

-¿De qué hay que proteger la información recopilada?

-F. J. G.: Se implantan procedimientos validados por el profesional o la empresa, parecidos a los manuales de prevención de riesgos laborales, en aras de que el cliente tenga unas medidas de seguridad adecuadas para la protección de sus datos. Hay que evitar que en las bases de datos entren usuarios no autorizados, controlar los accesos físicos a ciertas áreas?

-¿Es la protección de datos una herramienta contra el Gran Hermano que todo lo ve?

-E. S.: No es una herramienta. El derecho a la protección de datos es en sí el derecho fundamental que se enarbola para que tus datos sean tuyos exclusivamente. Porque los datos son de nuestros clientes y la gente es cada día más consciente de que los datos son suyos.

-¿Qué o quién pone en peligro la integridad de unos datos?

-F. J. G.: En todas las amenazas interviene el factor humano. Es una gran amenaza para la seguridad el poco cuidado de las personas, habría que ser conscientes de lo que nosotros mismos hacemos con nuestros datos, el uso que le damos al correo electrónico, por ejemplo.

-E. S.: Los programas instalados en máquinas hoy están en internet. Así que la integridad, accesibilidad y disponibilidad de los datos están cuestionadas si te hackean. Hay amenazas diarias a través de máquinas automatizadas que lanzan miles de preguntas para ver si responde alguien y poder acceder a sus datos.

-¿Nuestros datos están cada vez más expuestos?

-E. S.: Cada día aumenta más el sentimiento de privacidad y por eso hay más denuncias de los ciudadanos. También crece el sentimiento del empresario por el miedo a una denuncia por protección de datos. La privacidad es un término que identifica los peligros que la informática puede entrañar para la intimidad de la gente. Ahora estamos más preocupados. Cuando alguien llama a casa y hace una encuesta te preguntas cómo supo tu teléfono.

-¿Las redes sociales ponen en peligro nuestra intimidad?

-F. J. G.: Son un suicidio individual desde el momento en que nos registramos. Son una tentación: subir y compartir fotos, vídeos, eventos, aplicaciones, juegos... y gratis. Pero pagas con tu información.

-E. S.: Discrepo algo, pero las redes hacen que no exista conciencia de privacidad. Lo que haces en Facebook no lo harías en la calle.

-¿Conviven bien el derecho a la información con la protección de datos?

-E. S.: Coexisten pero chocan. Periodismo y Derecho no son buenos amigos en lo que respecta a la protección de datos.

-F. J. G.: La LOPD suele ceder en determinados aspectos ante otros derechos fundamentales, como el derecho a la información.

-Snowden, Assange. ¿Héroes o villanos?

-F. J. G.: Ni una cosa ni otra. Es necesario lo que hicieron, revelar información sensible de interés público, para que la gente sea consciente de cómo se manejan cosas.

-E. S.: Eran parte del sistema y se arrepintieron. ¿Son por eso santos? No. Sabían lo que hacían y luego lo revelaron? ¿Por qué?