El informe sobre las rías gallegas llega hoy al Parlamento europeo, más de nueve meses después de la visita de la delegación a O Burgo. La Comisión de Peticiones ha incluido en el orden del día el debate del documento de trabajo elaborado por el francés Philippe Boulland, del Partido Popular Europeo y jefe de la misión, por la austríaca liberal Angelika Werthmann y por la letona Tatjana Zdanoka, de Los Verdes.

El informe consta de 18 páginas y no es el texto de consenso que, en principio, los tres miembros oficiales de la delegación deberían llevar al Parlamento. No consiguieron llegar a un acuerdo en la redacción del documento, así que hay párrafos en los que se deja patente que las eurodiputadas difieren de la perspectiva del director de la misión.

Boulland defiende las labores hechas por la Administración durante años y sus compañeras inciden en temas como la altura de los lodos que invaden un estuario que pierde capacidad productiva. Las eurodiputadas consiguieron meter a la ría de Ferrol en el informe, a pesar de que su visita no fue formal.

La última parte de este documento, la de las recomendaciones, no tiene fisuras entre los redactores y urge a las autoridades a que traten "la acumulación de lodo en la ría" y propone que se tomen "medidas de extracción adecuadas en función de la composición química del lodo" para no contaminar el agua superficial. La última recomendación para la regeneración del estuario es que se trate la parte contaminada de los lodos extraídos.

Inmediatamente después de haber visto y olido los lodos de la ría, los tres miembros de la delegación estaban de acuerdo en que O Burgo no estaba en buenas condiciones. En la primera intervención de Boulland en Bruselas sobre su visita a Galicia, calificó el estado del estuario coruñés como "inmundicia", una definición con la que sus compañeras de viaje estaban de acuerdo. Pero pasaron los días y, con ellos, llegaron los intereses políticos.

En abril, tan solo dos meses después de haber estado en A Coruña. Boulland aplazó el debate porque quería que sus compañeros de viaje españoles -mayoría del PP- pudiesen incluir sus versiones de los hechos en los documentos. Eso hizo suavizar el discurso del presidente de la misión. En el mes de mayo, los diputados del PP se quejaron de que el documento de trabajo -en el que se recomendaba la limpieza urgente de la ría- era "parcial" y de que asumía como propias las "tesis de los peticionarios" y casi le condenaron a perderse en la burocracia del Parlamento. El documento que debatirán hoy los miembros de la Comisión de Peticiones contiene ahora dos versiones, la de Boulland, por una parte, y la de Werthmann y Zdanoka en el mismo párrafo, pero expresando su desacuerdo.