El escultor y creador de performances Enrique Tenreiro llevó ayer su arte al Cantón Grande -frente a la Fundación Barrié-. Durante unos minutos, fue el centro de todas las miradas. Como si fuese verano y estuviese en la playa, Tenreiro se sentó en su silla, a pecho descubierto, con el único abrigo de un bañador y al amparo de su sombrilla. Su objetivo era provocar una reacción de la gente que le observaba. / Redacción