-En verano empezarán estos cursos. ¿Se dan ahora condiciones que antes no se daban?

-Desde el principio de este periodo de gestión, los últimos dos años, la Oficina de Relaciones Internacionales pensó que uno de sus objetivos era fomentar las estancias y las actividades internacionales cortas durante el verano, como hacen muchas otras universidades.

-Si son cortas, las clases y el aprendizaje debe ser intensivo.

-Necesariamente. Si quieres desarrollar una actividad académica seria con la que concedes seis créditos oficiales a quienes siguen cada curso, las tres semanas han de ser de gran esfuerzo.

-¿Qué cursos ofertan?

-Tratamos de cubrir todos los campos científicos principales. Hay tecnología, ingeniería, humanidades y el ámbito jurídico social, que es el que predomina: Economía, Derecho, Política Internacional. Porque en las universidades hay un mayor número de profesores de estas materias y son las que tienen una gran proyección internacional.

-¿Qué criterios siguieron para escoger a los profesores?

-A través de las oficinas de relaciones internacionales de nuestros socios hicimos una llamada para que cualquier profesor nos plantease propuestas de cursos. Seleccionamos las mejores teniendo en cuenta el curriculum de cada maestro, el interés de la materia y la procedencia para dar más recorrido y colorido intercultural a los cursos.

-¿De dónde son los alumnos interesados en los cursos?

-La UDC quiere darse a conocer no solo a estudiantes de países desarrollados, sino de los que están en peores condiciones o en vías de desarrollo. Recibimos solicitudes de Georgia, Kazajistán, Ucrania, Nigeria... Pero nos interesa que se matriculen el mayor número posible de alumnos de la UDC. Su interés va un poco más lento que el de los extranjeros. La llamada interna no se ha plasmado aún en matrículas.

-¿Qué les atrae a los de fuera?

-El nivel del curso y la amplitud de la oferta. Vienen porque quieren hacer cursos con los que creen que pueden acceder a principales puestos de trabajo en su país, que les reportan un impulso decisivo en su carrera académica.

-¿Cuánto más difícil es ahora obtener una beca para estudiar en el extranjero?

-Educación ha reducido sensiblemente el presupuesto, pero eso no es lo que más me preocupa sino que los requisitos que exigen para becas que llaman de excelencia, son requisitos que cumplen bastantes pocos de nuestros estudiantes. Básicamente porque ahora piden un nivel intermedio alto de la lengua del país al que vayas a estudiar y hay que acreditarlo con las titulaciones oficiales de una lista y no hay ninguna manera alternativa de probar tu conocimiento lingüístico.

-¿Se han pedido muchas de estas becas en la UDC?

-Tenemos más de 500 solicitudes para movilidad en el extranjero, de las que 400 son para becas Erasmus, pero menos de 50 estudiantes cumplen los requisitos nuevos que exige Educación. No sabemos aún cuántas becas nos dará el Ministerio, pero no sé si habrá candidatos suficientes en España para cubrir todo el presupuesto. Esto, al menos entre el alumnado de A Coruña, se percibe con incertidumbre.