Dos de las empleadas de Caype declararon ante la juez que su jefe, Eliseo Calviño, era una "persona muy faltona", que "hablaba a gritos" y que era "machista", tanto que "solo contrataba a hombres" y que a las mujeres las llamaba "pollas o pollitas". En una ocasión, según el relato de las trabajadoras, dio un empleo a una mujer de 50 años porque era familiar de un cargo de la Xunta, aunque no sabía usar el ordenador.