Ciento veinte años después de que Pablo Picasso inaugurase la primera exposición de su brillante carrera en un escaparate de la calle Real, el Museo de Belas Artes exhibirá una colección con piezas originales del artista malagueño. En la exposición sobresale la presencia de la gran obra maestra de su juventud, La muchacha de los pies descalzos, terminada en marzo de 1895, apenas un mes antes de partir de nuevo hacia la Costa del Sol.

La obra viajará a la ciudad desde el Museo Picasso de París, aunque la mítica serie de Los Simpson se tomó la licencia de robarla para el Museo de Arte de Springfield durante el capítulo Mom and Pop Art, de la décima temporada, emitido por primera vez en 1999 y escrito por Al Jean. En el episodio, Homer Simpson se convierte por sorpresa en un creador de arte marginal, recibiendo los elogios de autores contemporáneos como Jasper Johns o Yoko Ono, que asisten a su primera exposición.

Después de ver cómo las nuevas creaciones son calificadas de arte kitsch, el cabeza de familia se derrumba sobre la alfombra del salón de su casa. "Los grandes artistas siempre están intentando nuevas cosas, como Miguel Ángel o Michael Jordan. ¡Lo que necesitas es inspiración!", le recomienda su esposa Marge, llevando a Homer al museo de arte para contemplar las obras de otros autores y relanzar su carrera. Allí se encuentra con piezas de Joseph Turner, Mark Rothko o Josef Albers, pero es en la sección de Picasso donde más tiempo se detiene la pareja.

El primer cuadro del pasillo, siguiendo una suerte de línea temporal, es La muchacha de los pies descalzos (1895). Uno de los matrimonios más famosos en la historia de la televisión desfila frente a la pieza más sobresaliente de la etapa coruñesa del artista, que podrá contemplarse en el Museo de Belas Artes a partir del 20 de febrero, dentro de la exposición El primer Picasso.

A la enigmática niña le sigue El arlequín acodado (1901), presente en el Metropolitan Museum of Art, situado en la famosa Quinta Avenida de Nueva York. El cuadro vuelve a aparecer en un especial de Halloween de la decimoquinta temporada, demostrando las continuas referencias artísticas de esta serie intergeneracional. La colección picassiana del Museo de Arte de Springfield se completa con el Guitarrista ciego (1903) y Las señoritas de Avignon (1907).

Homer se ve saturado rodeado de tantas joyas artísticas y decide echarse una siesta, durante la que se imagina a La Gitana Dormida, de Henri Rousseau (1897). El sueño torna en pesadilla cuando es golpeado por El hombre de Vitruvio y tiroteado por los Tres Músicos -de nuevo Picasso- al grito del tantas veces mencionado "Sayonara, baby!", de Arnold Schwarzenegger en Terminator. Despertado durante el sueño por Andy Warhol lanzándole latas de sopa, Homer le pregunta a Marge por qué le odia el arte si nunca le hizo nada. La inspiración sin embargo llegó, y el personaje amarillo más famoso de la historia decidió emular los canales venecianos inundando la ciudad, dando por fin con su gran obra maestra.

La misteriosa muchacha

La protagonista de la primera obra maestra de Picasso sigue siendo una incógnita hoy en día, aunque especialistas la han identificado con Consuelo Eiroa, entonces de solo 8 años. Las teorías, aún así, no se pueden corroborar con ningún documento gráfico porque solo existen fotografías suyas en edad adulta. El libro Picasso Azul y Blanco, de Rubén Ventureira y Elena Pardo, apunta que las imágenes de una Consuelo ya adulta desvelan rasgos físicos similares a los de la niña, musa de una larga lista a la que se le unirían con los años Dora Maar, Sylvette o Marie Thérèse Walter.

El óleo sobre lienzo, con unas dimensiones de 75 x 50 centímetros, fue escogido por el propio Picasso para la gran retrospectiva que le dedicó la Tate en 1960. El cuadro también formó parte del Hommage a Pablo Picasso, del Gran Palais. "La joven anuncia a los mendigos del período azul y los colosales desnudos que Picasso pintaría a principios de los años veinte", recogía el coleccionista y promotor de arte moderno Roland Penrose, responsable de la gira mundial del Guernica en 1938 para recaudar fondos a la causa republicana. La muchacha de los pies descalzos, que conservó Picasso hasta sus últimos días, regresará este año a su ciudad de origen.